lunes, 19 de junio de 2017

Por hablar.




El agente de policía Bennett entró en la comisaría. Un día más en la oficina. Metió una moneda en la máquina de café y se dirigió hacia su mesa con el vaso de plástico.

No llegó a sentarse.

- Agente Bennett, buenos días, tengo algo para usted.

- Buenos días, Jefe. Usted dirá.

- Anoche intentaron robar en el chalet de Mr. Mueller.

- ¿Debería saber quién es?

- Pues no lo sé, pero el caso es que es un hombre muy influyente, de hecho Mr. Aaronson, el fiscal del distrito, acaba de llamar diciendo que Mueller está indignado y que quiere resultados de inmediato. Me ha pedido que demos prioridad al caso por encima de todo.

- ¿Por un intento de robo?

- Por un intento de robo en la propiedad de Mr. Mueller.

Bennett suspiró.

- De acuerdo. ¿Qué tenemos?

- Nada. El intruso entró en la propiedad saltando el muro que la rodea e intentó forzar la puerta de entrada del chalet, que tiene dos plantas y un sótano. Mueller, que salía del garaje, lo vio y no se le ocurrió otra cosa que ir hacia él pegando gritos.

- ¿Y?

- Pues que Mueller tiene 78 años. El intruso le dio un empujón que lo derribó, salió corriendo, saltó el muro y desapareció. Iba vestido con una camiseta, vaqueros y zapatos. Mueller no pudo ser más específico porque era de noche y, además, dada su edad, no tiene muy buena vista.

- ¿Huellas digitales? ¿Pisadas? ¿Cámaras de seguridad?

- Nada. El intruso debía de llevar guantes y zapatos de suela lisa. En cuanto a las cámaras, Mueller había encargado un cambio en el sistema de videovigilancia y no funcionaban todavía.

- Entonces no tenemos nada de nada.

- Espere. El agente Robertson estaba haciendo una ronda por los alrededores y vio a un tipo corriendo que le pareció sospechoso. Como Mueller estaba gritando "al ladrón, al ladrón", Robertson dio el alto al individuo, que apenas se resistió. Le leyó sus derechos y lo detuvo. Lo único que llevaba encima era una papelina de coca.

- ¿Lo vio salir de la propiedad de Mueller?

- No, no tenemos ni siquiera eso. El individuo está en la sala de interrogatorios. Ocúpese de él.

Bennett entró en la sala, cerró la puerta y se sentó ante el sospechoso. Era un jovenzuelo de aspecto inofensivo.

- ¿Cómo te llamas, chaval?

- No voy a contestar a ninguna pregunta. Me acojo a la quinta enmienda.

- Vaya, así que tenemos un sabelotodo. ¿Qué puede pasarte porque me digas tu nombre? Total, nos acabaremos enterando.

- Está bien. Me llamo George Williams y no voy a decir nada más.

- Mira, George. Para que veas que soy legal, voy a contarte todo lo que tenemos contra ti.

Bennett hizo una pausa y bebió un trago de su café, que ya estaba frío y sabía a rayos. Tiró el vaso a la papelera y siguió hablando.

- Fuiste hacia la propiedad de Mr. Mueller. Saltaste el muro e intentaste forzar la cerradura con una ganzúa. Mueller te sorprendió, lo empujaste y saliste corriendo. Pero no contabas con el agente Robertson, que te vio saltar el muro cuando huías y te detuvo.

Williams permaneció en silencio.

- George, George, George... Estás metido en un jaleo muy serio. Mueller te ha descrito a la perfección, y ahora mismo están confeccionando un retrato robot cuyos rasgos coinciden exactamente con los tuyos y hasta con la ropa que llevabas puesta. Además tenemos las grabaciones de las cámaras de seguridad.

Williams no se dio por enterado.

- Verás, si no me dices nada no podré ayudarte. En realidad no eres más que un chico que ha metido la pata. Si colaboras te irá mejor. Mueller es un pez gordo y te puede meter en un lío de mucho cuidado. No lo estropees, eres joven y tienes toda la vida por delante.

Silencio absoluto.

- Está bien, George. Allá tú. Mueller es un ex-juez, millonario y amigo del fiscal del distrito. Te van a joder vivo y lo único que pretendo es echarte una mano, pero veo que eres idiota y no me dejas. Te acusarán de todo lo habido y por haber, hasta de intento de violación y de pederastia, porque Mueller tiene una nieta menor de edad que estaba durmiendo en el segundo piso del chalet. Ahí te quedas. Jódete. La culpa es mía por intentar ayudarte.

Bennett se levantó e hizo ademán de dirigirse hacia la puerta.

- Espere, hombre, no se ponga así. ¿Cómo puede ayudarme?

Bennett se sintió aliviado. Por un momento había creído que, a pesar de su enorme experiencia en interrogatorios, el órdago la había salido mal.

- Verás. En realidad no has hecho nada tan terrible. Hablaré con Mueller y le diré que no eres más que un chaval que cometió un error, que estás arrepentido, que le pides disculpas y que le ruegas que te perdone.

- ¿Haría eso por mí?

- Claro, Georgie. Pero primero tienes que contarme la verdad. ¿Por qué estabas intentando forzar la puerta?

- Para robar. Verá, lo necesitaba para comprar perico. Estaba con el mono y apenas me quedaba.

- ¿Y qué hiciste con los guantes y la ganzúa?

- Los tiré en una boca de alcantarilla nada más salir de la casa del tal Mueller.

- De acuerdo. Veamos... a ver cómo podemos calmar a Mueller... A lo mejor con una carta de disculpa... Sí, estaría bien. ¿Qué te parece si escribes una carta disculpándote? Yo se la llevo de tu parte y le digo que te perdone, que eres un buen chico y que respondo por ti.

- No sé cómo darle las gracias.

Bennett puso un folio de papel en blanco y un bolígrafo ante George.

- Empieza poniendo la fecha y "Estimado Mr. Mueller". Luego escribe todo lo que me has contado a mí: cómo ibas vestido, qué llevabas encima, cómo entraste en la propiedad de Mueller e intentaste forzar la puerta, te descubrió, le empujaste, huiste y dónde escondiste la ganzúa y los guantes. Al final le pides perdón y firmas.

- De acuerdo.

Minutos después un satisfecho Bennett salía de la sala de interrogatorios con la carta de George en la mano. Todo había salido a pedir de boca. No sabía si Mueller era ex juez, millonario, ni si tenía una maldita nieta o no. Pero ¿qué más daba?

- Robertson, hazte cargo del tipo de la sala de interrogatorios, el que detuviste anoche. Lo fichas y lo metes en el calabozo. Que busquen en las alcantarillas cercanas al chalet. Encontrarán los guantes y la ganzúa que utilizó. Lo vamos a acusar de invasión de propiedad privada, intento de robo, posesión de herramientas de robo, agresión, resistencia a la autoridad y tenencia de narcóticos. El muy gilipollas acaba de firmar una confesión. 


jueves, 8 de junio de 2017

La casa de las brujas.




En Damasco había una casa habitada por brujas, no lejos del cementerio judío. Las brujas usaban sus poderes de extrañas e indecibles formas. Su maldad golpeaba como una flecha, sin previo aviso. Eran la pestilencia que camina en la oscuridad y la destrucción que consumía al mediodía. Ni tan siquiera los muertos escapaban a sus horribles designios -porque habían empezado a robar los cuerpos de los judíos piadosos del interior de sus féretros para realizar cosas diabólicas con las que corromper sus almas, que todavía no habían partido de los envoltorios en los que habían habitado durante tanto tiempo.

Finalmente, el Ari envió al rabino Hayim Vital para que exterminara el nido del mal. Cuando llegó, pidió a los judíos de la comunidad que le informaran de inmediato en el caso de que alguno de ellos muriera. Cuando le informaron de la primera de las muertes, Hayim Vital asistió al funeral y siguió la comitiva en su camino hacia la tumba. Pero los que portaban el féretro advirtieron que era demasiado ligero y al abrirlo descubrieron, para su horror, que estaba vacío. Y entonces comprendieron que las brujas se habían llevado el cuerpo de aquel hombre. Hayim Vital dijo a los cuatro porteadores que esperaran en el cementerio, porque volvería pasada una hora. Y antes de irse les reveló ciertas palabras mágicas 1 que debían pronunciar si se encontraban en peligro. Los cuatro hombres repitieron para sí las palabras una y otra vez, para no olvidarlas.




Después Hayim Vital se encaminó directamente a la casa de las brujas. Se deslizó hasta la ventana y miró en el interior de la casa. Las brujas reían, y por sus comentarios comprendió que habían hecho algo terrible con el cuerpo del hombre para convertir su espíritu en un alma errante que jamás encontrara descanso. Entonces Hayim Vital se encolerizó y pronunció una palabra mágica 1 que lo volvió invisible. Después fue hacia la entrada de la casa de las brujas y llamó a la puerta. Cuando preguntaron quién era, dijo, "Soy el alma de aquél a quien habéis condenado a vagar, y he vuelto en busca de venganza".


1 "Holy name" (nombre santo) en el original. Lo he traducido como "palabra mágica" para mejor comprensión.




Cuando las brujas escucharon esto se asustaron. Porque aunque las brujas no temen a los vivos, sienten terror ante los espíritus, especialmente los airados. Intentaron esconderse, pero antes de que lo consiguieran, Hayim Vital pronunció la serie de palabras mágicas que el Ari le había enseñado. Y de inmediato, todas las brujas presentes en la casa se convirtieron en sendos perros negros que se lanzaron hacia la puerta en busca del cementerio.

De repente los porteadores vieron que los perros cargaban hacia ellos, ladrando terriblemente. Al principio se quedaron paralizados por el miedo, pero después recordaron las palabras mágicas que Hayim Vital les había enseñado. Tan pronto como empezaron a pronunciarlas se sintieron fortalecidos, hasta tener tanto valor como él. No obstante, los perros los ignoraron por completo y pasaron a su lado como si no los hubieran visto. Luego se separaron y corrieron hacia las cuatro esquinas del cementerio. Cuando los hombres lo advirtieron fueron tras ellos y así encontraron las partes del cadáver, porque las brujas lo habían dividido en cuatro partes que habían dejado en las esquinas del cementerio. Y se apresuraron para recuperar el cuerpo y recomponerlo para librarse de la terrible venganza del espíritu.





Fue entonces cuando Hayim Vital llegó al cementerio y observó de qué modo las brujas habían troceado el cuerpo del pobre hombre. Tanto creció su cólera que pronunció otro conjuro, y todas las brujas se transformaron en gusanos y otras sabandijas y así permanecieron.

Luego los porteadores reunieron las partes del cuerpo del hombre y las recompusieron en el ataúd. El rabino lo cerró y pronunció unas palabras mágicas. Cuando volvieron a abrirlo, descubrieron que el cuerpo del hombre estaba intacto, como si las brujas jamás lo hubieran tocado. Y comprendieron que, del mismo modo, su alma se había salvado. Entonces el rabino Hayim Vital y los otros enterraron al hombre y rezaron un Kaddish en su memoria, la oración de los muertos. Y las brujas nunca volvieron a causar daño a los judíos de esa ciudad.

Howard Schwartz
Traducido del inglés por Nozick




Fuentes:


  1. The house of witches. From “Lilith’s cave. Jewish tales of the supernatural.” 1988. Copyright: Howard Schwartz.
  2. http://www.chabad.org/kabbalah/article_cdo/aid/380648/jewish/Rabbi-Chaim-Vital.htm
  3. https://www.britannica.com/biography/Hayyim-ben-Joseph-Vital
  4. http://antologiaesoterica.com/106vital_guilgul.htm

lunes, 5 de junio de 2017

Los crímenes de los aliados 01. Hiroshima y Nagasaki.




Supongo que si hubiéramos perdido la guerra me habrían juzgado como criminal de guerra.
Curtis LeMay

La Historia es la propaganda de los vencedores


Segunda guerra mundial, frente del Pacífico. Corre el año 1945. Tras la caída de Iwo-Jima y Okinawa, transformada en base norteamericana, Japón queda a merced de los bombardeos de los B-29. Con la flota mercante destruida, su economía de guerra prácticamente desaparece al no poder importar las materias primas indispensables para continuar el esfuerzo bélico: carbón, hierro, acero, caucho, petróleo, etc. El Comando Aéreo Estratégico de Curtis Emerson LeMay, con base en las Marianas, comienza a laminar Japón con bombas incendiarias. El 14 de Mayo se bombardea Nagoya; el 17 es el turno de Tokio, que ya había sido atacado el 9 de marzo, y será bombardeado por tercera vez el 1 de junio. El número de víctimas se acercará a las 200.000. Yokohama, Osaka, Kobe, Totama... Casi un millón de civiles mueren en la masacre ordenada por LeMay, un auténtico maníaco y criminal de guerra que jamás sería juzgado por sus crímenes.








En definitiva, que sin necesidad de recurrir a la bomba atómica, Estados Unidos estaba arrasando Japón sin encontrar apenas resistencia. Se exigía su rendición incondicional, pero Japón estaba intentando negociar con la Unión Soviética de Stalin. La iniciativa es ignorada, porque el amo del Kremlin estaba considerando declarar la guerra a Japón. Es entonces cuando Estados Unidos decide utilizar su poder nuclear, o más bien cuando tiene un lejano argumento para hacerlo. La cuestión es que tenía una bomba de uranio y otra de plutonio y había que probarlas sobre población civil para ver los resultados. Pero la falsa justificación, de cara a la galería, es acortar la guerra y ahorrar víctimas americanas. Las bombas incendiarias estaban siendo tan eficaces o incluso más de lo que serían las nucleares, pero había que rentabilizar las enormes inversiones realizadas en armamento nuclear -el proyecto Manhattan- y frenar -o al menos aparentarlo- el expansionismo de Stalin. Que el ensayo tenía que realizarse a costa de las vidas de civiles inocentes lo pone de manifiesto el sistema elegido: el bombardeo de dos ciudades; de otro modo el lanzamiento se habría hecho sobre cualquier islote deshabitado del archipiélago japonés, para mostrar al gobierno de Japón el terrible poder de la nueva arma sin causar víctimas civiles.

Además hay que aclarar otro punto: que toda la operación era un farol, ya que por el momento Estados Unidos no contaba más que con dos bombas. Si Japón hubiera elegido seguir en guerra no habría quedado ninguna bomba nuclear que lanzar.

El día 6 de agosto, el coronel Paul Tibbets, al mando del Enola Gay, bombardea Hiroshima con una bomba de uranio, "Little boy", matando instantáneamente a unos 78.000 civiles, aunque a causa de las secuelas acabarán falleciendo unos 200.000. El 9 de agosto el coronel Charles W. Sweeney, al mando del Bock’s Carlanza "Fat man", una bomba de plutonio, sobre Nagasaki. El artefacto no acierta con exactitud el objetivo fijado y "sólo" causa 40.000 víctimas. La Unión Soviética decide declarar la guerra a Japón y ese es el motivo que acaba haciendo que el emperador Hiro-Hito acepte el ultimátum y Japón se rinda.

















Hiroshima antes y después del bombardeo. No quedó nada.






... Pasaba por allí y vi a un niño de unos diez años con un bebé atado a su espalda. En aquellos días en Japón era una imagen habitual de las calles los niños con sus hermanos pequeños atados a la espalda, pero en aquel niño había algo diferente. Estaba como esperando alguna orden o su turno. Estaba descalzo y la expresión de su rostro era muy dura. La cabeza de su hermanito estaba inclinada a un lado, como dormido. El niño permaneció así durante más de cinco minutos. […] Unos hombres vestidos de blanco y con máscaras se acercaron a él y desataron las correas que sostenían al bebé. En ese momento me di cuenta que estaba muerto. Lo cogieron y lo depositaron en una pira funeraria donde se quemaban los cuerpos. El niño se quedó allí, sin moverse, mirando las llamas. Se estaba mordiendo el labio inferior con tanta fuerza que se hizo sangre. El chico se dio la vuelta y se marchó silenciosamente...








Además de las bajas directas ocasionadas por las dos bombas atómicas, la radioactividad causaría muchas más víctimas, día tras día, mes tras mes y año tras año, hasta el día de hoy, entre los llamados hibakusha (bombardeados). Abortos espontáneos, aberraciones cromosómicas, electroforesis (separación por campo eléctrico) de las proteínas, polimorfismos en el ADN, tumores malignos, problemas renales, cataratas, infartos cerebrales, alteraciones del sistema inmunológico, ataques cardíacos, etcétera. Además, los hibakusha tuvieron que soportar la discriminación por parte de sus conciudadanos, que los trataron como apestados.








Además de consultar la bibliografía al respecto, la forma más sencilla y directa de aproximarnos al horror nuclear es leyendo la obra "Pies descalzos. Una historia de Hiroshima", de Keiji Nakazawa. Un comic de casi imprescindible consulta para comprender las consecuencias de la guerra en Japón desde el punto de vista de uno de los civiles que padecieron el bombardeo.

"Keiji Nakazawa (Hiroshima, 1939 - Tokio, 2012) tenía seis años cuando estalló la bomba atómica y toda su familia falleció, excepto su madre. En 1961 Nakazawa se mudó a Tokio donde trabajó como caricaturista y creó sus primeros mangas cortos. Tras la muerte de su madre en 1966, plasmó en sus historias la destrucción y el caos de Hiroshima. Kuroi Ame ni Utarete (Alcanzado por la lluvia negra), fue el primero de los cinco mangas que realizó en torno a la historia de los supervivientes de Hiroshima. La más conocida de todas estas obras es Pies descalzos. Una historia de Hiroshima, una larga serie de casi tres mil páginas protagonizada por un niño que sobrevive al terror atómico."

“No podía perdonar a los promotores de una guerra tan temeraria, causantes directos de la bomba. Ni tampoco a los americanos...”   “... Los gritos de mi padre y mi hermano cuando toda la casa estaba en llamas con ellos atrapados en su interior calaron en lo más hondo de mi corazón. Durante toda mi vida no dejé de oírlos...”   “... El espantoso infierno tras la explosión se mostraba ante mí. El paisaje abrasaba mi visión y todo aquello se quedó impreso en mi memoria para siempre...”   “... Yo me encontraba a uno o dos kilómetros del epicentro de la explosión, en la entrada trasera de la escuela pública Kanzaki. El calor y la onda expansiva me envolvió. La pared de hormigón que rodeaba el recinto me salvó. De no ser por ella los más de 4.000 grados de temperatura generados habrían abrasado mi cuerpo por completo. Lo habrían derretido. Fue un milagro...”








Y ahora, queridos lectores, os dejo con el manga de Nakazawa. Espero que os resulte tan apasionante, angustioso y revelador como a mi: leí los cuatro tomos de un tirón y cuando terminé me pareció una lástima que no hubiera un quinto.









Como los cuatro tomos ocupan más de 3 gigabytes, puede haber problemas de ancho de banda, por lo que recomiendo que cada día se descargue un tomo y sólo se descargue el siguiente cuando se haya leído el anterior. De otro modo es posible que Dropbox suspenda la bajada por exceso de volumen de descarga.







Enlaces recomendados:


  1. http://www.rtve.es/rtve/20150729/pies-descalzos-no-debemos-olvidar-hiroshima/1185800.shtml
  2. http://batboyreads.blogspot.com.es/2016/07/a-buenas-horas-mangas.html
  3. https://www.youtube.com/watch?v=KR6c3MwX9mk
  4. http://www.elconfidencial.com/cultura/2015-08-04/manga-hiroshima-bomba-atomica-70-anos_954359/
  5. http://www.japantimes.co.jp/news/2016/05/23/national/politics-diplomacy/71-years-debate-bombs-shows-no-sign-resolution/#.WTa2LGiLRhE
  6. https://02varvara.wordpress.com/tag/japan/