ADVERTENCIA: CONTENIDO EXPLíCITO
Cualquier transeúnte que pasara aquella tarde del lunes 22 de marzo de 1999 por Bass Road, la polvorienta calle de la pequeña ciudad de Elephant Butte (en Nuevo Méjico, Estados Unidos) se habría quedado estupefacto. Porque se habría cruzado con una mujer que huía despavorida. Una joven de tan sólo veintidós años, Cynthia Vigil-Jaramillo, que corría sin rumbo, descalza y cegada por el sol, escapando de una pesadilla. Estaba completamente desnuda, a excepción de un collar metálico que llevaba al cuello, cerrado con un candado, del que colgaba una cadena.
El pueblo era una mezcolanza de remolques y alguna que otra casa de madera. Cynthia siguió corriendo, gritando histéricamente. En su mente sólo había una idea: escapar de la pareja de sádicos que la habían mantenido cautiva los últimos tres días con sus noches. Al girar una esquina divisó un gran remolque con un jardincillo, rodeado por una pequeña valla blanca. La joven irrumpió en el jardín y comenzó a gritar con todas sus fuerzas. "¡Socorro! ¡Socorro! ¡No dejen que me cojan! ¡Por favor!"
Bass Road, en Elephant Butte. |
No se detuvo. Entró por la puerta principal y se coló en el salón, echándose en brazos de Darlene Breech, la dueña del remolque.
"Tenía las muñecas en carne viva. Su hermoso y largo pelo castaño estaba lleno de manchas de sangre. Estaba cubierta de suciedad y parecía como si se lo hubiera hecho encima. Sus pequeños pechos tenían unas zonas moradas y otras negruzcas y tenía heridas en los brazos y las piernas, por todas partes... Estaba aterrorizada. Me dijo que un tal David y su compañera, una tal Cindy Hendy, la habían tenido secuestrada en un remolque durante tres días, torturándola sin parar. El tercer día, David tuvo que ausentarse. Mientras Hendy veía la televisión, Cynthia logró soltarse, aunque Hendy la sorprendió y la golpeó con una lámpara. Pero consiguió escapar clavándole un picahielo en el cuello, tirándose por la ventana y echando a correr sin parar."
Cynthia Vigil. |
Darlene se lo explicó todo a su marido, Donald, y decidieron llamar al 911. Luego la cubrieron con una bata rosa. Cuando Cynthia vio llegar a la policía salió corriendo y se echó a sus pies. "¡Estoy viva! ¡Estoy viva! ¡Estoy viva! ¡Lo conseguí!". El ayudante del sheriff, Lucas Álvarez, se la llevó al hospital del Condado de Sierra Vista, mientras su compañero, David Elston, buscaba el origen de una llamada hecha a las 15:24. La que había hecho Cynthia a la policía antes de que Cindy Hendy la sorprendiera, le quitara el teléfono y colgara. De todos modos, las sospechas de la policía por lo extraño de la llamada iban a llevar a Elston hasta el domicilio del mismísimo David Parker Ray, el secuestrador de Cynthia.
Al llegar al 513 de Bass Road, lugar de origen de la llamada sospechosa, advirtió un letrero de madera en el que se leía "David P. Ray" y una parcela delimitada por una verja metálica de algo menos de dos metros de altura. Atravesando la entrada, Elston se acercó a la vivienda principal. La puerta corredera trasera de cristal no estaba cerrada por lo que, después de llamar y no obtener respuesta, Elston sacó su arma y entró. Se aseguró de que el interior estaba despejado y después comenzó a comprobar las habitaciones.
Al llegar al dormitorio observó manchas de sangre en las sábanas y vidrios rotos por todas partes, probablemente signos de lucha. Había lo que parecía ser un ataúd junto a una pared, una colección de consoladores de goma y toda clase de cadenas, pinzas, ganchos y otros instrumentos. Cuando vio que en dos de las etiquetas se leía "separador de tobillos" y "separador de rodillas", se mareó y salió de la vivienda a la carrera.
Pocos minutos después, David Parker Ray, de 59 años, y su novia Cindy Lea Hendy, de 39, eran detenidos por la policía, a sólo unas manzanas de distancia, en el interior de una autocaravana roja con la que recorrían el pueblo buscando a Cynthia. No ofrecieron resistencia, porque se enfrentaban a cuatro oficiales de policía armados, que les ordenaron echarse al suelo boca abajo, en dónde los esposaron y arrestaron. Cindy estaba cubierta de sangre, porque tenía un corte profundo en la zona occipital.
Nadie sospechaba que con este arresto se había abierto la caja de Pandora o la boca del infierno. Elephant Butte, el pequeño pueblo de 2.500 habitantes, con una media de edad de casi sesenta años, nunca volvería a ser el mismo. Un pueblo casi fronterizo, situado a tan sólo 204 kilómetros de El Paso y a 207 de Ciudad Juárez.
Cynthia Vigil contó que el 20 de marzo de 1999 estaba en Alburquerque, una ciudad situada a unos 240 kilómetros al norte de Elephant Butte. Ese día, un proxeneta de la localidad le presentó a dos conocidos suyos, Ray y Hendy. Cuando Cynthia subió a la autocaravana Toyota de la pareja, Ray le mostró una insignia de agente de policía, la esposó y le dijo que estaba arrestada por prostitución. La llevaron a un lugar desconocido para ella, la desnudaron y la ataron de brazos y piernas.
Luego le hicieron escuchar una cinta magnetofónica, en la que Ray le explicaba todo lo que le iban a hacer y le daba instrucciones que debía seguir al pie de la letra. Después le mostraron fotografías de otras mujeres atadas y desnudas y a continuación comenzaron las torturas. Ray le introdujo consoladores en su ano y vagina, simultáneamente, mientras Cindy miraba, armada con un revólver. A continuación, Ray le puso pinzas metálicas en ambos pezones, conectadas a cables eléctricos con los que la sometieron a descargas que atravesaban todo su cuerpo. Al día siguiente la colgaron del techo por las manos y los pies y la azotaron con un látigo de cuero.
Al tercer día se quedó sola con Hendy, que estaba viendo la televisión en el salón, porque Ray se había ido a trabajar. Cynthia, que estaba en el dormitorio, encadenada a la cama, se estiró todo lo que pudo y rodeó con sus pies una mesita de café, que tenía encima las llaves del candado que aseguraba la cadena a la pared. En cuanto la tuvo a su alcance, agarró las llaves y se soltó. Después se fue de puntillas hasta el teléfono y marcó el 911. Pero, en cuanto descolgaron, Hendy la golpeó con una lámpara de cristal verde. "No vas a ir a ninguna parte." Y colgó el teléfono. Tambaleándose y sangrando profusamente, Cynthia agarró un picahielo que el destino había dejado a su alcance y golpeó a Hendy en la cabeza sin parar hasta que vio que perdía el sentido...
Sólo podemos tratar de imaginar lo que habría sido de Cynthia de no haber conseguido escapar milagrosamente.
Cindy Lea Hendy. |
Nadie sospechaba que con este arresto se había abierto la caja de Pandora o la boca del infierno. Elephant Butte, el pequeño pueblo de 2.500 habitantes, con una media de edad de casi sesenta años, nunca volvería a ser el mismo. Un pueblo casi fronterizo, situado a tan sólo 204 kilómetros de El Paso y a 207 de Ciudad Juárez.
Cynthia Vigil contó que el 20 de marzo de 1999 estaba en Alburquerque, una ciudad situada a unos 240 kilómetros al norte de Elephant Butte. Ese día, un proxeneta de la localidad le presentó a dos conocidos suyos, Ray y Hendy. Cuando Cynthia subió a la autocaravana Toyota de la pareja, Ray le mostró una insignia de agente de policía, la esposó y le dijo que estaba arrestada por prostitución. La llevaron a un lugar desconocido para ella, la desnudaron y la ataron de brazos y piernas.
Autocaravana Toyota similar a la de David Parker Ray |
Luego le hicieron escuchar una cinta magnetofónica, en la que Ray le explicaba todo lo que le iban a hacer y le daba instrucciones que debía seguir al pie de la letra. Después le mostraron fotografías de otras mujeres atadas y desnudas y a continuación comenzaron las torturas. Ray le introdujo consoladores en su ano y vagina, simultáneamente, mientras Cindy miraba, armada con un revólver. A continuación, Ray le puso pinzas metálicas en ambos pezones, conectadas a cables eléctricos con los que la sometieron a descargas que atravesaban todo su cuerpo. Al día siguiente la colgaron del techo por las manos y los pies y la azotaron con un látigo de cuero.
Al tercer día se quedó sola con Hendy, que estaba viendo la televisión en el salón, porque Ray se había ido a trabajar. Cynthia, que estaba en el dormitorio, encadenada a la cama, se estiró todo lo que pudo y rodeó con sus pies una mesita de café, que tenía encima las llaves del candado que aseguraba la cadena a la pared. En cuanto la tuvo a su alcance, agarró las llaves y se soltó. Después se fue de puntillas hasta el teléfono y marcó el 911. Pero, en cuanto descolgaron, Hendy la golpeó con una lámpara de cristal verde. "No vas a ir a ninguna parte." Y colgó el teléfono. Tambaleándose y sangrando profusamente, Cynthia agarró un picahielo que el destino había dejado a su alcance y golpeó a Hendy en la cabeza sin parar hasta que vio que perdía el sentido...
Sólo podemos tratar de imaginar lo que habría sido de Cynthia de no haber conseguido escapar milagrosamente.
Visión de rayos X de la "caja de juguetes" |
Una semana después, varios agentes del FBI estaban sentados en el interior de un remolque blanco, aparcado a unos metros de la vivienda principal, que más tarde sería conocido como "la caja de juguetes". Asistían a la proyección de una de las cintas de vídeo grabadas por Ray, en dónde se observaba cómo torturaban a una joven. Le estaban introduciendo un hierro candente en la vagina, de la que salía humo, mientras su cuerpo se retorcía de dolor. La mujer estaba desnuda y atada con cintas rojas de nailon a lo que parecía ser una camilla ginecológica de cuero negro.
Ray vestía una túnica negra y su cara estaba tapada con una máscara negra y dorada de cuero. Reía, mientras Cindy Hendy blandía un pequeño revólver, con el que amenazaba a la mujer, que luchaba por liberarse. La escena continuó hasta que comenzó a salir sangre de la boca y los oídos de la mujer torturada. Momentos después, su cabeza cayó hacia un lado y su cuerpo se colapsó.
Durante los siguientes cuatro días, Patty E. Rust, una agente del FBI que había estado presente en la proyección de la cinta, se dedicó a describir minuciosamente el contenido de la "caja de juguetes", haciendo una serie de detallados dibujos en blanco y negro de todos los látigos, cadenas e instrumentos de tortura utilizados por David Ray. Cuando terminó, envió su trabajo al Equipo de Recogida de Evidencias de Alburquerque y, en la mañana del viernes 2 de abril de 1999, se entrevistó con su jefe para comentarle sus hallazgos. Éste la felicitó y le dijo que se fuera a casa para relajarse, descansar y tratar de olvidarse de lo que había visto en el remolque.
¿Vio Patty algo que no debía haber visto? ¿Qué evidencias encontró? ¿Más implicados? ¿Redes criminales? ¿La confirmación de que varias de las víctimas de Ray habían sido asesinadas y el destino de los cadáveres? ¿Alguna libreta de contactos con nombres y direcciones? ¿Números de cuentas bancarias como destino de fondos ilícitos o dinero en efectivo? 1 ¿Indicios de grabación y distribución de vídeos snuff? Nunca sabremos qué es lo que le contó a su jefe, pero quizás había visto y oído demasiado, porque a la mañana siguiente Patty apareció muerta en su casa de El Paso, con un disparo en la cabeza hecho con su propia arma. Naturalmente, la versión oficial dictaminó que se había suicidado, probablemente a causa de la depresión que le había ocasionado el mundo de horrores que se había encontrado en la cámara de tortura del remolque.
1 Ray tenía unos ingresos mensuales de 1100 dólares, mientras que Hendy cobraba una pensión de la Seguridad Social de 331 dólares. Sin embargo, Ray poseía una cuenta bancaria con 10.000 dólares, una vivienda remolque, un Dodge Ram Charger blanco de 1985, un Toyota Pick-Up blanco de 1978, una autocaravana Toyota, un velero y una motora. Además, el famoso remolque insonorizado apodado "la caja de juguetes", que había "tuneado" para adaptarlo a sus macabros fines, con un coste de unos 100.000 dólares. En cambio, el solar de Bass Road era de alquiler. ¿De dónde había sacado el dinero para adquirir todo lo que poseía?
Sin embargo, Patty Rust no era una principiante. Había alcanzado el grado de capitán del ejército de los EE.UU. y era una experimentada agente del FBI, graduada en criminología.
Siempre habrá quien llegue a la conclusión de que, gracias al detallado informe de Patty, alguien que conociera su contenido podía eliminar a la principal testigo, la persona que lo había confeccionado, para después -con todo el fin de semana por delante- acercarse al remolque y retirar o destruir cualquier prueba comprometedora para quienes no debían estar implicados en el caso de ninguna manera. ¿Dónde estará ahora ese informe? ¿Seguirá intacto, se habrá suprimido lo que no convenía que constara o se habrá traspapelado?
Los vídeos de David Parker Ray en la "caja de juguetes" |
Rumores o realidades, durante la primera semana de la investigación, la prensa tenía constancia de la existencia de impactantes cintas de vídeo, posibles vídeos "snuff" y un montón de cintas de audio que David Ray había grabado con instrucciones para sus víctimas y con detalles de todo lo que pensaba hacerles. Se esperaban nuevos arrestos y se sospechaba que podía haber muchas más víctimas.
En sucesivas entradas iremos viendo cuál era el contenido de esas cintas de audio grabadas por David Ray, el resultado de las investigaciones policiales y la evolución del caso, cuyo principal responsable llevaba muchos años dedicándose a secuestrar, torturar, filmar y asesinar adolescentes y mujeres jóvenes.
Puede que este caso le resulte esclarecedor a muchos lectores. Es el principal motivo que me ha llevado a tratarlo: que es la mejor manera de aclarar muchas cosas que antes no parecían tener explicación. Quizás ahora se vean más claras ciertas lesiones misteriosas y otras circunstancias extrañas presentes en otros casos.
Dedico este artículo a la memoria de la agente del FBI Patty E. Rust, una honesta servidora de su país y de sus compatriotas, que murió en el cumplimiento de su deber. Patty, donde quiera que estés, como no he podido encontrar ni un sólo recorte de prensa que te mencione, espero que este pequeño recuerdo sirva para hacerte algo de la justicia que mereces. Ojalá algún día se esclarezcan las circunstancias de tu pérdida, cuando la justicia y la civilización se restauren en Occidente... Si es que llegamos a conseguirlo antes de desaparecer.
Elephant Butte Lake |
Fuentes:
- Slow death. Jim Fielder
- Cries in the desert. John Glatt
- Satan's den exposed. Bill Johnson
- http://articles.latimes.com/1999/jun/27/local/me-50708
- http://escritoconsangre1.blogspot.com.es/2011/11/david-parker-ray-el-amo-de-la-caja-de.html
- http://radaronline.com/exclusives/2011/10/satans-den-photos-where-toy-box-killer-tortured-victims/
- http://www.dailymail.co.uk/news/article-2047712/David-Parker-Ray-Police-search-lake-remains-40-victims-sex-fiend.html
- http://www.practicalhomicide.com/Research/ReismanSV10.pdf
- http://www.crimelibrary.com/serial_killers/predators/david_parker_ray/1_index.html