Aurora Almudena Martín Bartolomé, de 27 años, desapareció de su domicilio en Muelas de Pan (Zamora) el viernes dos de febrero de 2001. Era una chica de 1,45 metros de estatura, delgada, de ojos y pelo castaños. Ese día llevaba unas gafas con cristales redondos, anorak negro, vaqueros azules descosidos en los bajos y deportivas blancas.
Almudena salió de su casa para dar una vuelta en bicicleta. No llevaba equipaje, dinero ni documentación. Cuando sus padres vieron que tardaba en volver más de lo normal dieron la voz de alarma y comenzó la búsqueda por los alrededores de Muelas con la ayuda de vecinos y familiares, aunque sin resultado alguno. Se la buscó durante semanas y con posterioridad buzos de la Guardia Civil rastrearon con una lancha la presa de Ricobayo, que estaba completamente llena, lo que dificultó los trabajos de los miembros de actividades subacuáticas.
La búsqueda en el embalse comenzó cuando el día cinco de febrero apareció su bicicleta, que estaba apoyada en la barandilla del nuevo puente sobre la presa. Al lado había una nota dejada en un pañuelo en la que aparecía su nombre, la fecha del dos de febrero -el mismo día de la desaparición- y la palabra "clero".
Tras estabilizarse los fangos del fondo del embalse, en el mes de junio de 2001 se volvió a reanudar la búsqueda por parte de la Guardia Civil pero ya con mayores medios. Acudieron junto al resto de efectivos, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la base madrileña de Valdemoro, para rastrear los fondos ayudándose de una cámara robótica, especialista en este tipo de búsquedas, lo que permitió alcanzar un radio de visión superior a la capacidad de inmersión de los buzos.
Esta búsqueda tampoco fue fructífera al no haber encontrado ningún indicio o pista sobre el paradero de la muchacha, que ya llevaba desaparecida más de cuatro meses. Un año después lo volvieron a intentar y, aunque a D. Tomás Martín, padre de Almudena, le dijeron que habían llegado a ver un cuerpo, no se llegó a rescatar ningún cadáver. Esta última búsqueda duró veinte días.
Se llegaron a movilizar una gran cantidad de organismos. Incluso se contó con la colaboración de la policía portuguesa. Al parecer, no se siguió ninguna otra pista que la que implicaba la aparición de la bicicleta: otro suicidio más en la larga lista de desenlaces de desapariciones.
El 25 de julio de 2013, la prensa informaba que Almudena había sido declarada fallecida a petición de la familia, tras estar más de doce años desaparecida. El trámite lo llevó a cabo el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Zamora, con fecha 15 de julio. La declaración se hizo para tratar de estabilizar la situación administrativa de la familia, que ya llevaba más de una década sin saber nada de ella.
Según los familiares "... la Guardia Civil se olvidó totalmente del tema y ya desde hace unos años no se ha vuelto a reactivar la búsqueda...", por lo que tras varios años de desaparición, al cumplirse el plazo legal para hacerlo, decidieron declararla oficialmente fallecida, en un último intento de cerrar la herida y así poder seguir adelante sin la tortura diaria de la incertidumbre. Ese fue el triste final civil de Aurora. Una fría nota en el B.O.E. Se merecía algo mejor.
La búsqueda en el embalse comenzó cuando el día cinco de febrero apareció su bicicleta, que estaba apoyada en la barandilla del nuevo puente sobre la presa. Al lado había una nota dejada en un pañuelo en la que aparecía su nombre, la fecha del dos de febrero -el mismo día de la desaparición- y la palabra "clero".
Tras estabilizarse los fangos del fondo del embalse, en el mes de junio de 2001 se volvió a reanudar la búsqueda por parte de la Guardia Civil pero ya con mayores medios. Acudieron junto al resto de efectivos, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la base madrileña de Valdemoro, para rastrear los fondos ayudándose de una cámara robótica, especialista en este tipo de búsquedas, lo que permitió alcanzar un radio de visión superior a la capacidad de inmersión de los buzos.
Esta búsqueda tampoco fue fructífera al no haber encontrado ningún indicio o pista sobre el paradero de la muchacha, que ya llevaba desaparecida más de cuatro meses. Un año después lo volvieron a intentar y, aunque a D. Tomás Martín, padre de Almudena, le dijeron que habían llegado a ver un cuerpo, no se llegó a rescatar ningún cadáver. Esta última búsqueda duró veinte días.
Se llegaron a movilizar una gran cantidad de organismos. Incluso se contó con la colaboración de la policía portuguesa. Al parecer, no se siguió ninguna otra pista que la que implicaba la aparición de la bicicleta: otro suicidio más en la larga lista de desenlaces de desapariciones.
Según los familiares "... la Guardia Civil se olvidó totalmente del tema y ya desde hace unos años no se ha vuelto a reactivar la búsqueda...", por lo que tras varios años de desaparición, al cumplirse el plazo legal para hacerlo, decidieron declararla oficialmente fallecida, en un último intento de cerrar la herida y así poder seguir adelante sin la tortura diaria de la incertidumbre. Ese fue el triste final civil de Aurora. Una fría nota en el B.O.E. Se merecía algo mejor.
Las pruebas de ADN realizadas a los restos óseos hallados en Ricobayo han dado positivo y demuestran que son de una persona desaparecida en 2001.
Los restos habían sido hallados por dos pescadores en el embalse de Ricobayo. Una vez tuvo conocimiento de los hechos, la Guardia Civil de Zamora, procedió a acordonar la zona y así poder realizar el levantamiento de los restos por parte de la Comisión Judicial.
Cotejado el ADN de los restos con el ADN de un familiar de la persona desaparecida (que había sido tratado por los especialistas de la UOPJ de Zamora) , dio resultado positivo según el Instituto Nacional de Toxicología.
La búsqueda se prorrogó durante tres días seguidos, iniciada el 6 de febrero de 2001, haciendo casi imposible la inmersión, debido a las condiciones meteorológicas adversas reinantes en ese momento, por lo que la mencionada búsqueda se realizó básicamente desde la embarcación, no obteniendo resultado positivo.
Nuevamente durante los días 13, 14 y 15 de febrero de 2001, el Equipo GEAS continua con las labores de búsqueda, siendo imposible realizar inmersiones (la cota de visibilidad era "0" y la temperatura del agua de 4º C), procediendo a realizar rastreos en barca, revisando las orillas del pantano, participando en estas labores también personal de Protección Civil. Posteriormente se realizan rastreos aguas abajo de la presa, ante la posibilidad de que el cuerpo hubiese pasado hacia esta zona al encontrarse las compuertas abiertas.
La búsqueda (que había continuado durante estos días por parte de diferentes Unidades de la Comandancia) resultó nuevamente infructuosa. Mientras tanto los equipos de investigación de la Guardia Civil realizaban labores de investigación con la finalidad de dar con el paradero de la persona desaparecida, no obteniendo resultado positivo. La Guardia Civil continuó con las labores de búsqueda e investigación, así en el verano del 2001 a las sumersiones realizadas por el GEAS se sumó la utilización de un robot, realizando inmersiones diarias y mucho más largas (durante 8 días). En la primavera del 2002 se efectuaron también numerosos reconocimientos con una cámara pocera (60 intervenciones durante un mes), sin haber podido obtener resultado positivo, a pesar del esfuerzo y empeño de los miembros de Cuerpo durante todo este tiempo.
Durante periodos posteriores por parte del GEAS se realizaron reconocimientos en la zona del embalse, principalmente durante finales del año 2014, desgraciadamente con el mismo resultado negativo. Finalmente, durante la tarde del día 05 de marzo de 2017, la Guardia Civil de Zamora tiene conocimiento a través de la colaboración ciudadana, del hallazgo en el pantano de Ricobayo, de una zapatilla con un calcetín en su interior, observando que dentro del mismo había restos óseos.
De inmediato la Guardia Civil de Zamora se persona en el lugar, pudiendo observar en una primera inspección ocular que se trata de una zapatilla de color blanco de una marca conocida, que en su interior hay un calcetín, el cual contiene restos óseos que pudieran ser humanos.
Continuando con la inspección del lugar pudieron observar (al lado de la zapatilla) otros restos de huesos que también pudieran ser humanos, y a unos 20 metros de distancia otro calcetín de las mismas características que el citado anteriormente. Ante estos hechos los Guardias Civiles procedieron al acotamiento de la zona y aviso al Juzgado de Guardia, siendo realizado el levantamiento de los restos por los especialistas en Policía Judicial de la Guardia Civil de Zamora, entregándolos al Instituto Anatómico Forense de esta capital. Desde este fueron trasladados al Instituto Nacional de Toxicología para su posible obtención del perfil de ADN. Durante el presente mes de agosto, el citado Instituto Nacional de Toxicología emite informe positivo de la identificación mediante ADN, coincidiendo el de los restos óseos hallados con el del familiar de la persona desaparecida en febrero de 2001.
- http://www.adesepa.com/AuroraAlmudena.htm
- http://www.gendive.com.es/tierradealba/anews01/nalba/nwahoga.htm
- http://www.patrulleros.com/index.php/desaparecidos/3069-aurora-almudena-martin-bartomolome
- http://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2013/07/24/declaran-fallecida-joven-desaparecida-muelas/694677.html
- http://www.boe.es/boe/dias/2013/07/30/pdfs/BOE-B-2013-29487.pdf
- https://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2017/08/31/restos-oseos-hallados-ricobayo-son/1028911.html
- https://www.youtube.com/watch?v=GMTf3zgipEQ
3 comentarios:
Últimas noticias aparecidas en la prensa que podrían estar relacionadas con la desaparición: http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2017/03/07/investigan-restos-oseos-pie-mujer/989204.html
Los restos óseos hallados en Ricobayo son de una persona desaparecida en 2001, por las fechas y la información podría ser perfectamente Aurora Almudena Martín...
http://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2017/08/31/restos-oseos-hallados-ricobayo-son/1028911.html
se confirmó que los restos óseos pertenecen a aurora almudena martín
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