viernes, 18 de septiembre de 2015

Germán Quintana Blanco.




Cuando un niño va a una excursión organizada por su Colegio, suele ir rodeado por su pandilla o, al menos, en compañía de su mejor amigo. Aquel domingo, 7 de junio de 1987, Germán debía de estar sólo. Completamente sólo.

Germán Quintana Blanco, de trece años, hijo de José Arturo y María Lourdes, vivía en Oviedo y aquel 7 de junio era uno de los niños del Colegio Loyola que participaban en una excursión a pie por el macizo occidental de los Picos de Europa. Desde los Lagos hasta Ordiales.

En los alrededores del Pozu del Alemán, hacia el Colláu Gamonal, Germán se paró un rato a descansar. Al menos, es lo que se deduce de las declaraciones de unos montañeros, que afirmaron haberlo visto por aquella zona, sobre las 14:30 horas. Estaba sentado tranquilamente y no observaron nada extraño. Se dio por hecho que sus compañeros y profesores habían seguido la marcha y Germán se había quedado rezagado. Cuando intentó alcanzarlos debió perderse. Nadie se dio cuenta de nada hasta un par de horas después. Pero Germán había desaparecido. Para siempre. No se halló ni rastro de él, ni siquiera restos de sus ropas. Sólo llevaba una camiseta, un jersey fino y una toalla de playa. Y no tenía nada que comer.

Sus padres estaban, no sólo muy preocupados por el paradero de su hijo, sino indignados con el Colegio. Se dijo que los compañeros de Germán habían manifestado que el niño prefirió no subir al mirador de Ordiales y por eso se quedó sólo. Pero ¿quiénes eran esos compañeros? ¿Les tomó declaración la Guardia Civil, debidamente acompañados por sus padres? ¿Acaso no era Germán menor de edad y, por tanto, el Colegio tenía la obligación de velar por su seguridad? ¿Cómo es que ninguno de los monitores advirtió su ausencia y cómo es posible que le permitieran quedarse sólo si la supuesta declaración de los compañeros del niño era cierta?



Ángulo superior izquierdo: Lagos y Amieva (Ordiales)



Una de las hipótesis que se manejó es que pudo dirigirse hacia el barranco del río Junjumia, cerca del refugio de Vegarredonda, un peligroso despeñadero del que recelan incluso los montañeros expertos, infranqueable y sin salida que tras un descenso salvaje entre paredes verticales desemboca en el río Dobra. Como ya se han registrado varias muertes, los lugareños y guardas aconsejan siempre a los excursionistas inexpertos que lo eviten.

Al día siguiente, la Guardia Civil de montaña organizó las tareas de búsqueda. Pero, para colmo de males, la desaparición del niño coincidió con un fuerte temporal de viento que asoló la costa norte, formándose bancos de niebla. La galerna causó importantes daños en la cornisa cantábrica, hasta el punto de provocar el naufragio de varias embarcaciones de recreo, en una de las cuales desapareció otra persona, esta vez en Vizcaya.

En las tareas de búsqueda participó un helicóptero de rescate. Pero todo iba a terminar de la peor manera posible. El 12 de junio despegó de la Vega de Enol en dirección a Cangas de Onís. El aparato, contratado por la policía autónoma vasca, era un magnífico "Dauphin Sierra 365" que desgraciadamente se estrelló en la falda del Pico Sohornín, junto al lago Enol, y se precipitó ladera abajo envuelto en llamas sobre la carretera que comunica los lagos, quedando partido en dos. Fallecieron sus siete ocupantes: el primer responsable de Protección Civil de Asturias, Corsino Suárez; el piloto Juan Carlos Carraledo; el mecánico Ramón Renovales y los guías caninos Lourdes Verdes Elorria (madre de la presentadora de televisión Anne Igartiburu), Joseba Zabala, Javier Gallastegui y Luis Ángel Díaz. También quedaron carbonizados los cuerpos de los cuatro perros que participaban en las tareas de búsqueda (Heni, Hator, Lon y Bizcor).





Como nota dramática, no había sitio para todos los componentes del equipo y tuvieron que echar a suertes quién regresaba al País Vasco en el helicóptero y quién tenía que hacerlo por carretera. Los que tuvieron que volver en el todoterreno pensaban que les había tocado la peor parte...

Eugenio García, amigo de Corsino Suárez, declaró "... Fue un suceso terrible, sin duda lo que más me ha impactado en 32 años de carrera. Yo era muy amigo de Corsino y hablábamos casi a diario; estaba empeñado en encontrar al crío, pero acabó perdiendo la vida..." "... Fue el primero que les mostró a los políticos asturianos la necesidad de invertir en sistemas de emergencias y en Protección Civil..."





Por aquel entonces José Arturo Quintana y María Lourdes Blanco, padres de Germán, todavía mantenían la esperanza:

"... Cada día que pasa estamos más convencidos de que nuestro hijo no ha muerto y de que volverá a casa sano y salvo. Nuestra moral jamás se ha venido abajo y tenemos las fuerzas intactas para continuar su búsqueda..."

Pero Germán sigue desaparecido. Han transcurrido 28 años y no se tiene ni la menor pista de su paradero ni de las circunstancias reales que ocasionaron su pérdida.





En otro conocido caso de desaparición, los padres de Gloria Martínez Ruiz, tras dieciséis años de espera y la condena solidaria de la Doctora Soler -la psiquiatra que la atendió- y la sociedad Zopito S.A.L., fueron indemnizados en la cuantía de 104.251,63 euros. La niña había desaparecido de una clínica en la que estaba ingresada.

No hay dinero en el mundo que pueda compensar la pérdida de un hijo. Pero la desaparición de Germán fue gratis total.

Los padres del niño pusieron su casa en venta, a la que habían llegado hace once años, abandonando Oviedo para trasladarse a Fuengirola. "... Esta casa nos llena de tristeza y de recuerdos de nuestro hijo. Hace un mes que hemos vendido también nuestra cafetería..."

Y pusieron una querella contra el Colegio Loyola.

"... Nosotros nunca hubiéramos querido llegar a ese extremo. El director nunca ha querido facilitarnos información sobre su desaparición y ni siquiera nos ayudó a localizar a las personas que fueron en la excursión..."














Fuentes:



  1. http://www.lne.es/sucesos/2012/06/10/semana-negra-picos/1254664.html
  2. http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1987/09/14/063.html
  3. http://www.gradonoticias.com/noticia.aspx?id=1042
  4. http://elpais.com/diario/1987/06/17/espana/550879228_850215.html
  5. http://elpais.com/diario/1987/06/09/espana/550188038_850215.html
  6. http://elpais.com/diario/1987/06/10/espana/550274426_850215.html
  7. https://www.youtube.com/watch?v=n8SGxcTEJUM


jueves, 10 de septiembre de 2015

Dominguito del Val.




1643: Juan Francisco Andrés de Uztárroz (1606-1653). Cronista de Aragón.
Historia de Santo Domingo de Val, mártir Cesar-Augustano.
Obra publicada en Zaragoza por Pedro Larraja i Lamarca, en 1643.



"Dominguito de Val"

Dominguito de Val nació en Zaragoza, en el año 1243Sus padres eran Sancho de Val, notario público de Zaragoza, e Isabel, su mujer. Según nos cuenta la crónica, Sancho asistió a las Cortes que celebró en la ciudad el Rey Don Jaime I el Conquistador, en el año 1247, en donde se trató de la paz y treguas de todo el reino.

Años después, Sancho y María inscribieron a Dominguito en la Iglesia Metropolitana para que fuera uno de sus "Seises", (1) entonando canciones litúrgicas.


(1)
Según el Diccionario de Autoridades: "Seises llaman en algunas iglesias cathedrales los niños que asisten a choro, y cantan canto de órgano y contrapunto. Llámanse seises porque se fundan en este número".


Según nuestro cronista Andrés de Uztarroz, la devoción de Dominguito ofendía a los Judíos, porque algunas noches pasaba por su barrio y cantaba algunas alabanzas a la Virgen. Probablemente iba desde la Iglesia Mayor a su casa, que estaría en la Parroquia de S. Miguel de los Navarros, porque el lugar donde fue secuestrado es una calleja que desemboca en una calle ancha cerca de los Graneros de la Ciudad y del Colegio de la Compañía de Jesús, que sale al Coso, enfrente de la de la Cadena, en dónde se halla una casa solariega de una familia de apellido la Nau.

En la Aljama de los Judíos (conciliábulo o consejo) era costumbre que quien prendía algún cristiano "se libraba de tributos, pechos e imposiciones". Estaba situada en el actual Colegio de los Padres de la Compañía de Jesús, a pocos pasos de la casa en donde padeció nuestro mártir. La Aljama/Sinagoga tenia tres naves, cuyos arcos se apoyaban en columnas de mármol. Había un poyo que servía de altar y una pintura que representaba un gran candelabro de siete brazos, sobre el que había un púlpito pequeño. Además de la puerta principal, contaba con seis pequeñas a los lados.

Sucedió pues que, pasando por el lugar citado, el 31 de agosto de 1250, el Judío Mosse Albayuzeto prendió a Dominguito y enlazándolo con una soga lo presentó al conciliábulo, que decidió que aquel niño de siete años merecía el castigo de la Cruz, que la Sinagoga encomendó a su captor, Mosse Albayuzeto.

En compañía de otros Judíos, le despojaron de sus vestiduras y le azotaron fieramente. La cruz fue dibujada en una pared y se taladraron los agujeros para el último suplicio. Como los taladros no se ajustaban a sus manos y pies, descoyuntaron su cuerpo a tal fin. Para finalizar, le rompieron con una lanza el costado, herida por la que vertió hasta la última gota de su sangre.




Después que los Judíos bárbaramente crueles ensangrentaron sus manos en el tierno infante, renovando la Pasión de Cristo, le cortaron la cabeza y las manos, que arrojaron en el pozo de la casa en donde fue crucificado. El cuerpo, envuelto en rudos paños y liado con cordeles fue ocultado en el margen del río Ebro, hacia la parte más desierta de la ciudad, y no fue descubierto hasta varios días después.

Los restos fueron trasladados a la Basílica de San Gil y, posteriormente, fue llevado en procesión hasta la Iglesia Metropolitana.

Una de las fuentes de Andrés de Uztarroz es un manuscrito en latín, titulado "Incipit Passio Beati Dominici Martyris Innocentis Cesaravgvust", en el que se dice "... cuius fuerunt genitores Sancivs De Valle Tabellio (2) et Helisabeth uxor eius". El nombre del secuestrador aparece escrito como "Mosse Albay Certo". Dicho pergamino, lamentablemente, no está fechado, pero nuestro cronista le atribuye una antigüedad de 300 años y presenta la hipótesis de que su autor sería "el doctísimo prelado Don Arnaldo de Peralta".

Según Uztarroz, "... en las Actas no se dice que castigasen a los Judíos que concurrieron en aquella atrocísima impiedad, pero debemos creer que contra ellos fulminarían procesos los Inquisidores de la Herética pravedad, porque ya en este año de 1250 tenían este oficio los Padres de la esclarecida Religión de Santo Domingo como lo prueban doctamente el P. Francisco Diago en la Historia de su Orden y el Doctor Don Vicencio Blasco de la Nuza, dónde se verá la Antigüedad que tiene este Santo Tribunal en la Corona de Aragón..."


(2)
"... cuyos padres fueron Sancho de Valle -tabellio- e Isabel, su mujer." Tabellio o tabellarius= notario.


1782: Lamberto de Zaragoza.
Teatro Histórico de las iglesias del Reyno de Aragón.
Volumen 2. Págs. 245 y 246.


"... En tiempo de este Prelado (Don Arnaldo, Obispo de Zaragoza 1248-1271) aun sucedieron dos casos memorables. El primero, el Martirio de Santo Dominguito de Val. Era éste hijo de Sancho de Val, Notario de Zargoza, y de Isabel su Esposa: los que advirtieron en la cabeza de su hijo recién nacido una corona y una cruz en el hombro derecho, lo que tuvieron por presagio de una sobresaliente virtud; por lo que apenas contó siete años, lo destinaron al Templo de la Seo, donde fue admitido por Infante para servir con su voz al Coro.

Publicó la Aljama de los Judíos, que al que le presentase un Niño Christiano, lo eximiría de las pechas y tributos, y deseando esta libertad un Judío llamado Mosse Albayuz, cogió dolosamente a Dominguito, y lo entregó a la Aljama, la que lo hizo crucificar, clavando en una pared sus manos y pies, y una lanza en su costado, renovando así la Crucifixion de Jesu Crhisto; y luego para que no se descubriese su maldad, lo envolvieron y ataron en un lío y lo enterraron a la orilla del Ebro. Pero Dios que disponía la gloria de este Mártir inocente, envió varias noches unas luces de el Cielo sobre su Sepulcro, las que advertidas de los Guardas de las barcas, avisaron éstos a los Gobernadores de la Ciudad, y concurriendo éstos con algunos eclesiásticos al sitio señalado e iluminado de la luz milagrosa, y aplicados a su registro, hallaron el lío, y en él el atado cadáver de Dominguito, cortada la cabeza y las manos: el que fue llevado a la Ciudad y depositado en la Iglesia de San Gil. Divulgado el caso, y obrados por el Divino Poder muchos milagros, y entre ellos la conversión del hebreo Albayhuz, que fue bautizado, y confesó el suceso; el Obispo Arnaldo dispuso una Procesión general, a la que asistió con todo el Clero, la Ciudad, la Nobleza, La Tropa y la Plebe, todos con velas blancas, y llevaron el Santo Cuerpo por todas las Iglesias y calles de la Ciudad, hasta por la puerta Cineja, mostrándolo a todos, y haciendo ver en él las llagas de manos, pies y costado. Fue últimamente conducido al Templo del Salvador, y colocado en la Capilla del Espíritu Santo, cantadas a Dios muchas alabanzas por la posesión de las Reliquias de este inocente Mártir.

El suceso segundo es la admisión del Santo Tribunal de la Inquisición, que hizo la Corona de Aragón en el año 1261, para gloria de Dios y exaltación de nuestra Santa Fe en nuestro Reyno: en que tuvo una parte muy ilustre nuestro Obispo..."


1806: P. Camilo de Santa Theresa.
Panegirico del Santo Niño Domingo de Val. 16 de agosto de 1806.
Templo metropolitano del Salvador de Zaragoza.


En el Panegírico del Padre Camilo, se describen los hechos de modo similar: el niño es clavado a la pared con tres clavos, truncan los Judíos sus manos y cabeza y las arrojan a un pozo. En cuanto a Albayuceto, se convierte al catolicismo y se hace panegirista de quién había sido tirano. Naturalmente, el Panegírico de Santa Theresa no añade nada nuevo porque bebe en las fuentes anteriores. Su valor estriba en que no parece utilizar ninguna otra fuente, es decir, que no hay otras que añadan nuevos hechos o modifiquen los existentes.




Entonces... ¿cómo es que la Wikipedia indica que las actas fueron falsificadas por la iglesia local para apoyar la petición al papa de la santificación del niño, copiándolas del caso de Hugh de Lincoln; que al niño le cortaron la cabeza y los pies y que los Judíos fueron ajusticiados en la plaza de Zaragoza?

Una de sus fuentes es la Enciclopedia Aragonesa, que afirma erróneamente que al niño le seccionaron los pies. La redacción, empero, es correcta. Porque se dice que Dominguito "sufrió el martirio a manos de algunos judíos de la aljama de la ciudad el 31/VIII/1250", sin acusar a todos los judíos como se hace injustamente en muchas fuentes que informan de casos similares. Pero del ajusticiamiento, ni palabra. Y de la supuesta falsificación, menos aún. Lo más desconcertante es que la enciclopedia cita como fuente la disertación de otro cronista de Aragón, Diego José Dormer.


1698: Dormer, Diego José. Cronista de Aragón.
Dissertacion Del Martyrio De Santo Domingo:


Dormer dice textualmente "... temiendo que se descubriese este hecho tan horrendo y abominable, le escondieron junto a la Ribera de Ebro, en lugar subterráneo, cortándole primero la cabeça y las manos..." En cuanto al ajusticiamiento de los Judíos implicados, no se dice otra cosa que "... El Judío que le entregó a la Aljama, aunque semejante a Judas en entregarle y venderle, no lo fue a desesperar de la misericordia de Dios, antes bien confundido de ver tantas maravillas, reconoció su culpa y se convirtió a nuestra Santa Fe..."

No hay constancia alguna, pues, de que fuera castigado. La muerte del niño aparentemente quedó impune, salvo que aparezcan nuevas fuentes que desmientan a las cuatro ya consultadas. Porque lo que hace Andrés de Uztarroz es suponer que los culpables fueron castigados, sin tener constancia documental alguna que lo pruebe.

La Wikipedia utiliza otras dos fuentes:

  1. El antisemitismo en España, de Gonzalo Álvarez Chillida, que es un compendio de ocho artículos de varios autores. Pues bien, sólo uno de ellos está escrito por Álvarez Chillida y ninguno versa sobre el caso que nos ocupa.
  2. St. William de Norwich, de la Enciclopedia Católica, que tampoco tiene nada que ver, directamente, con el tema tratado.


Historia de España.
Ramón Menéndez Pidal.
Tomo XI. La cultura del Románico. Letras, religiosidad, artes, ciencias y vida.
Parte Tercera. Pág. 292.


El historiador encargado de esta tercera parte del tomo XI de la Historia de España de Ramón Menéndez Pidal pasa como sobre ascuas al tratar el tema, que despacha con unas pocas líneas:

"En cuanto a Santo Dominguito del Val, es un monaguillo de Zaragoza, supuestamente martirizado por los judíos el año 1250, pero lo que de él consta históricamente no es su vida, sino su culto posterior, y cualquier investigación sobre el tema habría de hacerse teniendo en cuenta la índole tópica de estas acusaciones de crímenes rituales".

Y ya está. Más de cincuenta tomos que componen la obra, para ésto. Cualquier investigación habría de hacerse... pero mejor que la haga otro, que no quiero líos. 



---OOO---


En la Iglesia de San Felipe Neri, de Sevilla, se construyó un altar en honor a Dominguito, con la siguiente inscripción:

"Fue martirizado por los judíos en el año 1250 en Zaragoza, su patria, a la edad de 7 años. Sus reliquias encontradas milagrosamente se veneran en el templo del Salvador de dicha ciudad, y su culto se extendió, por rescripto de N.S.P. el Papa Pío VII de 9 de julio de 1808. Este altar erigido por sus parientes en el año 1815, trasladado a esta iglesia por un individuo de su familia en diciembre de 1863, es hoy propiedad del Exmo. Sr. Dn. Rafael Merry y del Val, pariente de dicho santo."

Dominguito era patrón de los monaguillos acólitos y su culto se realizaba el 31 de agosto. Pero la conmemoración, como todas los demás relacionadas con los crímenes rituales, fue suprimida tras el Concilio Vaticano II, en el que la Iglesia Católica trató de ser políticamente correcta. No en vano y, tras dos guerras mundiales ad hoc, se había constituido el Estado de Israel.

Pero nadie dice que Pablo VI (copresidente del Concilio junto con su predecesor Juan XXIII) era judío (Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini Alghisi (1) y que se fotografiaba con el Ephod, el pectoral de los sumos sacerdotes, que usaron Aarón y sus sucesores. Un cuadrado con doce piedras preciosas dispuestas en cuatro filas, símbolo de las 12 tribus de Israel, el que llevaba Caifás como sumo sacerdote del Sanedrín.


(1) Su madre se llamaba Giuditta (Judith) Alghisi. Es más, hay quien sostiene que su padre, Giorgio Montini, descendía de un rabino.








Además, el 3 de junio de 1971, Pablo VI recibió en audiencia pública, en el Vaticano, a los representantes de la logia B’nai B’rith, a los que llamó "¡Mis queridos amigos!".

Ahora la iglesia está llena de pederastas y no hay papa que no se retrate en el muro de las lamentaciones. El timón de la iglesia está en buenas manos.



Juan Pablo II


Benedicto XVI



Francisco I



Amigos de toda la vida



Monumento a Dominguito en Zaragoza, hoy retirado.





Fuentes:


1643: Andrés de Uztarroz, J. F. Historia de Santo Domingo de Val, mártir Cesaraugustano:
http://bvpb.mcu.es/es/consulta/registro.cmd?id=438097

1698: Dormer, Diego José. Dissertación del martyrio de Santo Domingo:
https://books.google.es/books?id=kVu2GGEYgrMC&pg=PA114&lpg=PA114&dq=diego+jose+dormer+santo+domingo&source=bl&ots=9JoloGp-cC&sig=7UPhB3aloAM44LdvkDFLdWAqWgg&hl=es&sa=X&ved=0CCgQ6AEwAWoVChMIis-fy_PmxwIVR9gaCh3qkAq6#v=onepage&q=diego%20jose%20dormer%20santo%20domingo&f=false

1782: Lamberto de Zaragoza. Teatro histórico de las iglesias del Reyno de Aragón. Volumen 2. Pags. 245 y 246:
https://books.google.es/books/about/Teatro_historico_de_las_iglesias_del_rey.html?id=EEMAAAAAMAAJ&redir_esc=y

1806: P. Camilo de Santa Theresa. Panegírico del Santo Niño Domingo de Val. 16 de agosto de 1806. Templo metropolitano del Salvador de Zaragoza:
https://books.google.es/books?id=cPF030JqsbIC&pg=PR1&lpg=PR1&dq=camilo+santa+teresa+panegirico+santo+domingo&source=bl&ots=gM0oO6f4lM&sig=zzemJS8pYJr0PqQNq3aIs-NOLTw&hl=es&sa=X&ved=0CCQQ6AEwAGoVChMI8O6d4vPmxwIVAdYaCh3GZwzp#v=onepage&q=camilo%20santa%20teresa%20panegirico%20santo%20domingo&f=false

Gran Enciclopedia Aragonesa. Dominguito de Val, Santo:
http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=4754&tipo_busqueda=1&nombre=Santo%20Dominguito%20de%20Val&categoria_id=&subcategoria_id=&conImagenes=

2007: El antisemitismo en España. Gonzalo Álvarez Chillida:
https://books.google.es/books?id=ZStI3XMxPSsC&pg=PA181&lpg=PA181&dq=gonzalo+alvarez+chillida+el+antisemitismo+en+espa%C3%B1a&source=bl&ots=p23rTWcrx0&sig=eeDI24aI7jI1xfz7827Gr6MweCs&hl=es&sa=X&ved=0CEgQ6AEwB2oVChMIm53t0MXlxwIVydQaCh0D9g1W#v=onepage&q=gonzalo%20alvarez%20chillida%20el%20antisemitismo%20en%20espa%C3%B1a&f=false

Historia de España. Ramón Menéndez Pidal.
Tomo XI. La cultura del Románico. Letras, religiosidad, artes, ciencias y vida.
Parte Tercera. Pág. 292.

http://www.wiesenthal.com/site/apps/nlnet/content.aspx?c=lsKWLbPJLnF&b=8776547&ct=13866881

viernes, 4 de septiembre de 2015

Hugh de Lincoln. Por Matthew Paris.




Matthew Paris's english history. From the year 1235 to 1273.
Translated from the latin by the Rev. J. A. Giles, D.C.L.
Tomo III. Páginas 138, 139, 140, 141.
Traducción por Nozick.



"Little Saint Hugh Of Lincoln"

Del cruel tratamiento de los judíos por haber crucificado a un niño.

En este mismo año (1255), en la época de la fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo, los judíos de Lincoln raptaron a un niño de ocho años de edad cuyo nombre era Hugh, y habiéndole encerrado en un lugar apartado donde le sustentaron con leche y otros alimentos infantiles, enviaron noticia a casi todas las ciudades de Inglaterra en las que habitaban judíos y convocaron a algunos de su secta de cada ciudad para que estuvieran presentes en un sacrificio que iba a tener lugar en Lincoln, porque tenían, según afirmaban, un niño al que habían escondido con el propósito de crucificarle.

De acuerdo con la convocatoria, una gran parte de ellos se dirigieron a Lincoln y, reunidos en asamblea, nombraron a un Judío de Lincoln como juez para asumir el puesto de Pilatos, por cuya sentencia, y con la participación de todos, el niño fue sometido a diversas torturas. Lo golpearon hasta que corrió la sangre y quedó mortalmente pálido, lo coronaron con espinas, se burlaron de él y le escupieron. Además todos le pincharon con una daga, le hicieron beber hiel y lo abrumaron con pullas y blasfemias, llamándole repetidas veces "Jesús el falso profeta", mientras lo rodeaban, crujiendo y rechinando los dientes.

Después de atormentarlo de diversas maneras, lo crucificaron y atravesaron su corazón con una lanza. Una vez que el niño hubo expirado, bajaron su cuerpo de la cruz y lo desmembraron, por razones desconocidas, aunque se dijo que había sido con el propósito de practicar artes mágicas.

La madre de Hugh había estado varios días buscando a su hijo por todas partes, y como los vecinos le dijeran que la última vez que lo habían visto estaba jugando con unos niños judíos de su edad, entrando en casa de uno de ellos, penetró en ella repentinamente y vio el cuerpo del niño en el interior de un pozo al que había sido arrojado.

Los alguaciles de la ciudad, que se habían reunido cautelosamente, encontraron el cuerpo y lo extrajeron del pozo y entonces una visión extraordinaria se presentó al pueblo mientras la madre del niño, por sus gritos y lamentaciones, provocaba la pena y compasión de todos los ciudadanos allí reunidos.

En la escena estaba presente un tal John de Lexington, hombre culto, prudente y discreto, que se dirigió así a la muchedumbre: "Ya sabemos", dijo, "que los Judíos no han dudado en intentar tales actos como burla y reproche a nuestro señor Jesucristo, que fue crucificado". Luego, dirigiéndose a un Judío que había sido capturado, aquél en cuya casa había entrado el niño mientras jugaba y que, por tanto, era objeto de mayor sospecha que los otros, le dijo: "Miserable, ¿no sabes que te espera una muerte rápida? Ni todo el oro de Inglaterra logrará rescatarte y salvarte de tu destino. Sin embargo, te diré, aunque no lo merezcas, cómo puedes salvar tu vida y evitar que se mutilen tus miembros. Ambos te garantizo si tú sin miedo ni duda me revelas, sin faltar a la verdad, todo lo que ha sucedido en este caso."

El judío, llamado Copin, pensando que había encontrado un modo de salvarse, dijo, "Mi señor John, si vos con vuestros hechos retribuis mi declaración, os revelaré algo maravilloso." Entonces, deseoso y animado por la elocuencia de John a proceder así, continuó: "Lo que los Cristianos dicen es cierto, porque casi todos los años los Judíos crucifican un niño para insultar el nombre de Jesús. Pero no todos los años se encuentra uno, ya que sólo puede hacerse en secreto y en lugares apartados. Sin embargo, a este niño Hugh, nuestros Judíos lo crucificaron sin compasión, y después de muerto, queriendo ocultar su cadáver, considerando que el cuerpo de un niño no servía para formular un augurio (motivo por el que había sido desmembrado) no pudieron enterrarlo como habrían deseado, porque a la mañana siguiente, cuando pensaban que estaba oculto a toda mirada, la tierra lo devolvió a la superficie y el cadáver apareció sobre ella insepulto, lo que llenó de horror a los Judíos. Finalmente, fue arrojado a un pozo, pero incluso allí no pudo ser ocultado, porque la madre del niño, buscando entre todas estas maldades, descubrió el cuerpo del niño e informó a los alguaciles."

Después de escuchar estas revelaciones, John hizo encerrar estrechamente al Judío. Cuando los hechos llegaron a oídos de los canónigos eclesiásticos de la catedral de Lincoln, solicitaron el cuerpo del niño, que les fue entregado, y después de haber sido expuesto ante un inmenso gentío, fue enterrado con honor en la iglesia de Lincoln, como si fuera el cadáver de un precioso mártir.

Debe saberse que los Judios mantuvieron secuestrado al niño durante diez días, alimentándolo con leche durante todo ese período, así que, mientras estuvo con vida, soportó toda clase de tormentos.

Cuando el rey, al regresar del norte de Inglaterra, fue informado de los hechos, amonestó a John por haber prometido respetar la vida y miembros de un ser tan retorcido, a lo que no tenía derecho, porque un blasfemo y asesino como él merecía mil muertes. Cuando el culpable vio que un castigo inevitable pendía sobre él, dijo "Mi muerte es inminente y John no puede ni ayudarme ni salvarme de perecer: ahora os contaré a todos la verdad. Casi todos los Judíos de Inglaterra acordaron la muerte de este niño, de la cual ellos (los Judíos) están acusados, y de casi cada ciudad de Inglaterra en la que los Judíos residen algunos de esa secta fueron escogidos y convocados para estar presentes en su sacrificio, como ofrenda de Pascua."

Después de haber pronunciado estas palabras y otras locuras, fue atado a la cola de un caballo y arrastrado hasta la horca, donde fue entregado en cuerpo y alma a los espíritus malignos del aire. Los demás Judíos que habían participado en el crimen, hasta un total de noventa y uno, fueron trasladados hasta Londres en carromatos, y encerrados estrechamente. Y si algunos cristianos por ventura se compadecieron de ellos, no suscitaron lágrima alguna de compasión entre los Caursins (1), sus rivales.


(1)
Usureros oriundos de Cahors, en la Francia meridional, en la que se habían establecido banqueros lombardos.


De cómo dieciocho Judíos fueron arrastrados hasta la horca y colgados.

Más tarde, tras una investigación llevada a cabo por orden del rey, se descubrió y decidió que los Judíos de Inglaterra habían acordado crucificar y tomar la vida de un niño inocente, después de haberlo flagelado durante varios días; pero por este crimen, habiendo apelado al rey (Enrique III) la madre del citado niño contra ellos por el mencionado asesinato, Dios, Señor de la Venganza, les retribuyó de acuerdo a sus merecimientos. Porque, el día de San Clemente, dieciocho de los Judíos más ricos y poderosos de Lincoln fueron arrastrados hasta el nuevo cadalso, especialmente erigido para tal propósito, y fueron ahorcados y ofrecidos a los vientos. Más de ochenta otros fueron estrechamente encerrados en la Torre de Londres, en espera de similar destino...











Catedral de Lincoln.


Santuario de San Hugh, en la catedral de Lincoln.


Dibujo de los restos de San Hugh.


Páginas 138 a 141 del tercer tomo de la obra de Matthew Paris:





Geoffrey Chaucer


Geoffrey Chaucer nació en Londres en 1343 y murió en la misma ciudad, el 25 de octubre de 1400.

Poeta, filósofo y diplomático, ha pasado a la historia por haber escrito los Cuentos de Canterbury, siendo el poeta inglés más importante de la Edad Media y el primero que recibió sepultura en el Rincón de los Poetas de la Abadía de Westminster.

En uno de los cuentos de la obra citada, Chaucer menciona el crimen de Hugh de Lincoln:


The Prioress's Tale (From "The Canterbury Tales")

1   In Asia, in a city rich and great
2   There was a Jewry set amidst the town,
3   Established by a rich lord of the state
4   For usury and gain of ill renown,
5   Hateful to Christ and those who are His own;
6   And through that street a man might ride or wend,
7   For it was free and open at each end.
8   A little school for Christian folk there stood,
9   Down at the farther end, in which there were
10   A many children born of Christian blood,
11   Who learned in that same school, year after year,
12   Such teachings as with men were current there,
13   Which is to say, to sing well and to read,
14   As children do of whatsoever creed.
15   Among these children was a widow's son,
16   A little choir boy, seven years of age,
17   Who went to school as days passed one by one,
18   And who, whenever saw he the image
19   Of Jesus' Mother, it was his usage,
20   As he'd been taught, to kneel down there and say
21   Ave Maria, ere he went his way.
22   Thus had this widow her small son well taught
23   Our Blessed Lady, Jesus' Mother dear,
24   To worship always, and he ne'er forgot,
25   For simple child learns easily and clear;
26   But ever, when I muse on matters here,
27   Saint Nicholas stands aye in my presence,
28   For he, when young, did do Christ reverence.
29   This little child, his little lesson learning,
30   Sat at his primer in the school, and there,
31   While boys were taught the antiphons, kept turning,
32   And heard the Alma redemptoris fair,
33   And drew as near as ever he did dare,
34   Marking the words, remembering every note,
35   Until the first verse he could sing by rote.
36   He knew not what this Latin meant to say,
37   Being so young and of such tender age,
38   But once a young school-comrade did he pray
39   To expound to him the song in his language,
40   Or tell him why the song was in usage;
41   Asking the boy the meaning of the song,
42   On his bare knees he begged him well and long.
43   His fellow was an older lad than he,
44   And answered thus: This song, as I've heard say,
45   Was made to praise Our Blessed Lady free,
46   Her to salute and ever Her to pray
47   To be our help when comes our dying day.
48   I can expound to you only so far;
49   I've learned the song; I know but small grammar.
50   And is this song made in all reverence
51   Of Jesus' Mother? asked this innocent;
52   Now truly I will work with diligence
53   To learn it all ere Christmas sacrament,
54   Though for my primer I take punishment
55   And though I'm beaten thrice within the hour,
56   Yet will I learn it by Our Lady's power!
57   His fellow taught him on their homeward way
58   Until he learned the antiphon by rote.
59   Then clear and bold he sang it day by day,
60   Each word according with its proper note;
61   And twice each day it welled from out his throat,
62   As schoolward went he and as homeward went;
63   On Jesus' Mother was his fixed intent.
64   As I have said, as through the Jewry went
65   This little school-boy, out the song would ring,
66   And joyously the notes he upward sent;
67   O Alma redemptoris would he sing;
68   To his heart's core it did the sweetness bring
69   Of Christ's dear Mother, and, to Her to pray,
70   He could not keep from singing on his way.
71   Our primal foe, the serpent Sathanas,
72   Who has in Jewish heart his hornets' nest,
73   Swelled arrogantly: O Jewish folk, alas!
74   Is it to you a good thing, and the best,
75   That such a boy walks here, without protest,
76   In your despite and doing such offense
77   Against the teachings that you reverence?
78   From that time forth the Jewish folk conspired
79   Out of the world this innocent to chase;
80   A murderer they found, and thereto hired,
81   Who in an alley had a hiding-place;
82   And as the child went by at sober pace,
83   This cursed Jew did seize and hold him fast,
84   And cut his throat, and in a pit him cast.
85   I say, that in a cesspool him they threw,
86   Wherein these Jews did empty their entrails.
87   O cursed folk of Herod, born anew,
88   How can you think your ill intent avails?
89   Murder will out, 'tis sure, nor ever fails,
90   And chiefly when God's honour vengeance needs.
91   The blood cries out upon your cursed deeds.
92   O martyr firm in thy virginity,
93   Now mayest thou sing, and ever follow on
94   The pure white Lamb Celestial- quoth she-
95   Whereof the great evangelist, Saint John,
96   In Patmos wrote, saying that they are gone
97   Before the Lamb, singing a song that's new,
98   And virgins all, who never woman knew.
99   This widow poor awaited all that night
100   Her child's return to her, but be came not;
101   For which, so soon as it was full daylight,
102   With pale face full of dread, and busy thought,
103   At school she sought and everywhere she sought,
104   Until, at last, from all her questioning she
105   Learned that he last was seen in the Jewry.
106   With mother's pity in her breast enclosed
107   She ran, as she were half out of her mind,
108   To every place where it might be supposed,
109   In likelihood, that she her son should find;
110   And ever on Christ's Mother meek and kind
111   She called until, at last, Our Lady wrought
112   That amongst the cursed Jews the widow sought.
113   She asked and she implored, all piteously,
114   Of every Jew who dwelt in that foul place,
115   To tell her where her little child could be.
116   They answered Nay. But Jesus, of His grace,
117   Put in her mind, within a little space,
118   That after him in that same spot she cried
119   Where he'd been cast in it, or near beside.
120   O Thou great God, Who innocents hast called
121   To give Thee praise, now shown is Thy great might!
122   This gem of chastity, this emerald,
123   Of martyrdom the ruby clear and bright,
124   Began, though slain and hidden there from sight,
125   The Alma redemptoris loud to sing,
126   So clear that all the neighbourhood did ring.
127   The Christian folk that through the ghetto went
128   Came running for the wonder of this thing,
129   And hastily they for the provost sent;
130   He also came without long tarrying,
131   And gave Christ thanks, Who is of Heaven King,
132   And, too, His Mother, honour of mankind;
133   And after that the Jews there did he bind.
134   This child, with piteous lamentation, then
135   Was taken up, singing his song alway;
136   And, honoured by a great concourse of men,
137   Carried within an abbey near, that day.
138   Swooning, his mother by the black bier lay,
139   Nor easily could people who were there
140   This second Rachel carry from the bier.
141   With torture and with shameful death, each one,
142   The provost did these cursed Hebrews serve
143   Who of the murder knew, and that anon;
144   From justice to the villains he'd not swerve.
145   Evil shall have what evil does deserve.
146   And therefore, with wild horses, did he draw,
147   And after hang, their bodies, all by law.
148   Upon the bier lay this poor innocent
149   Before the altar, while the mass did last,
150   And after that the abbot and monks went
151   About the coffin for to close it fast;
152   But when the holy water they did cast,
153   Then spoke the child, at touch of holy water,
154   And sang, O Alma redemptoris mater!
155   This abbot, who was a right holy man,
156   As all monks are, or as they ought to be,
157   The dead young boy to conjure then began,
158   Saying: O dear child, I do beg of thee,
159   By virtue of the Holy Trinity,
160   Tell me how it can be that thou dost sing
161   After thy throat is cut, to all seeming?
162   My throat is cut unto the spinal bone,
163   Replied the child. By nature of my kind
164   I should have died, aye, many hours agone,
165   But Jesus Christ, as you in books shall find,
166   Wills that His glory last in human mind;
167   Thus for the honour of His Mother dear,
168   Still may I sing 'O Alma' loud and clear.
169   This well of mercy, Jesus' Mother sweet,
170   I always loved, after poor knowing;
171   And when came time that I my death must meet,
172   She came to me and bade me only sing
173   This anthem in the pain of my dying,
174   As you have heard, and after I had sung,
175   She laid a precious pearl upon my tongue.
176   Wherefore I sing, and sing I must, 'tis plain,
177   In honour of that blessed Maiden free,
178   Till from my tongue is taken away the grain;
179   And afterward she said thus unto me:
180   'My little child, soon will I come for thee,
181   When from thy tongue the little bead they take;
182   Be not afraid, thee I will not forsake.'
183   The holy monk, this abbot, so say I,
184   The tongue caught out and took away the grain,
185   And he gave up the ghost, then, easily,
186   And when the abbot saw this wonder plain,
187   The salt tears trickled down his cheeks like rain,
188   And humbly be fell prone upon the ground,
189   Lying there still as if he had been bound.
190   And all the monks lay there on the pavement,
191   Weeping and praising Jesus' Mother dear,
192   And after that they rose and forth they went,
193   Taking away this martyr from his bier,
194   And in a tomb of marble, carved and clear,
195   Did they enclose his little body sweet;
196   Where he is now- grant us him to meet!
197   O you young Hugh of Lincoln, slain also
198   By cursed Jews, as is well known to all,
199   Since it was but a little while ago,
200   Pray you for us, sinful and weak, who call,
201   That, of His mercy, God will still let fall
202   Something of grace, and mercy multiply,
203   For reverence of His Mother dear on high. Amen.




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Fuentes:



Matthew Paris's English History. From the year 1235 to 1273. Translated from the latin by the Rev. J. A. Giles, D.C.L. Tomo III. Páginas 138 a 141.

The Canterbury Tales. Geoffrey Chaucer.