En Damasco había una casa habitada por brujas, no lejos del cementerio judío. Las brujas usaban sus poderes de extrañas e indecibles formas. Su maldad golpeaba como una flecha, sin previo aviso. Eran la pestilencia que camina en la oscuridad y la destrucción que consumía al mediodía. Ni tan siquiera los muertos escapaban a sus horribles designios -porque habían empezado a robar los cuerpos de los judíos piadosos del interior de sus féretros para realizar cosas diabólicas con las que corromper sus almas, que todavía no habían partido de los envoltorios en los que habían habitado durante tanto tiempo.
Finalmente, el Ari envió al rabino Hayim Vital para que exterminara el nido del mal. Cuando llegó, pidió a los judíos de la comunidad que le informaran de inmediato en el caso de que alguno de ellos muriera. Cuando le informaron de la primera de las muertes, Hayim Vital asistió al funeral y siguió la comitiva en su camino hacia la tumba. Pero los que portaban el féretro advirtieron que era demasiado ligero y al abrirlo descubrieron, para su horror, que estaba vacío. Y entonces comprendieron que las brujas se habían llevado el cuerpo de aquel hombre. Hayim Vital dijo a los cuatro porteadores que esperaran en el cementerio, porque volvería pasada una hora. Y antes de irse les reveló ciertas palabras mágicas 1 que debían pronunciar si se encontraban en peligro. Los cuatro hombres repitieron para sí las palabras una y otra vez, para no olvidarlas.
Después Hayim Vital se encaminó directamente a la casa de las brujas. Se deslizó hasta la ventana y miró en el interior de la casa. Las brujas reían, y por sus comentarios comprendió que habían hecho algo terrible con el cuerpo del hombre para convertir su espíritu en un alma errante que jamás encontrara descanso. Entonces Hayim Vital se encolerizó y pronunció una palabra mágica 1 que lo volvió invisible. Después fue hacia la entrada de la casa de las brujas y llamó a la puerta. Cuando preguntaron quién era, dijo, "Soy el alma de aquél a quien habéis condenado a vagar, y he vuelto en busca de venganza".
Cuando las brujas escucharon esto se asustaron. Porque aunque las brujas no temen a los vivos, sienten terror ante los espíritus, especialmente los airados. Intentaron esconderse, pero antes de que lo consiguieran, Hayim Vital pronunció la serie de palabras mágicas que el Ari le había enseñado. Y de inmediato, todas las brujas presentes en la casa se convirtieron en sendos perros negros que se lanzaron hacia la puerta en busca del cementerio.
De repente los porteadores vieron que los perros cargaban hacia ellos, ladrando terriblemente. Al principio se quedaron paralizados por el miedo, pero después recordaron las palabras mágicas que Hayim Vital les había enseñado. Tan pronto como empezaron a pronunciarlas se sintieron fortalecidos, hasta tener tanto valor como él. No obstante, los perros los ignoraron por completo y pasaron a su lado como si no los hubieran visto. Luego se separaron y corrieron hacia las cuatro esquinas del cementerio. Cuando los hombres lo advirtieron fueron tras ellos y así encontraron las partes del cadáver, porque las brujas lo habían dividido en cuatro partes que habían dejado en las esquinas del cementerio. Y se apresuraron para recuperar el cuerpo y recomponerlo para librarse de la terrible venganza del espíritu.
Fue entonces cuando Hayim Vital llegó al cementerio y observó de qué modo las brujas habían troceado el cuerpo del pobre hombre. Tanto creció su cólera que pronunció otro conjuro, y todas las brujas se transformaron en gusanos y otras sabandijas y así permanecieron.
Luego los porteadores reunieron las partes del cuerpo del hombre y las recompusieron en el ataúd. El rabino lo cerró y pronunció unas palabras mágicas. Cuando volvieron a abrirlo, descubrieron que el cuerpo del hombre estaba intacto, como si las brujas jamás lo hubieran tocado. Y comprendieron que, del mismo modo, su alma se había salvado. Entonces el rabino Hayim Vital y los otros enterraron al hombre y rezaron un Kaddish en su memoria, la oración de los muertos. Y las brujas nunca volvieron a causar daño a los judíos de esa ciudad.
Howard Schwartz
Traducido del inglés por Nozick
Fuentes:
- The house of witches. From “Lilith’s cave. Jewish tales of the supernatural.” 1988. Copyright: Howard Schwartz.
- http://www.chabad.org/kabbalah/article_cdo/aid/380648/jewish/Rabbi-Chaim-Vital.htm
- https://www.britannica.com/biography/Hayyim-ben-Joseph-Vital
- http://antologiaesoterica.com/106vital_guilgul.htm
15 comentarios:
A nosotros las brujas verdad, nosotros que tenemos las fuerzas del averno de ayuda van unas brujas a fastidiarnos. Muy buenos estos cuentos
"Y las brujas nunca volvieron a causar daño a los judíos de esa ciudad"..... ¿y a los demás?
Que se busquen la vida y consigan un Hayim Vital, digo yo.
Supongo que El Ari que le enseña a Hayim Vital las palabras mágicas sea el rabino y cabalista Isaac Luria, ¿es correcto?
Correcto, el mismo que viste y calza.
LAS BEATAS DE ALCÁCER.- Las mujeres que trataron en Alcácer de enterrar vivo al médico de aquella población, eran conocidas con el seráfico nombre de las beatas de Alcácer; y habían hecho circular días antes de perpetrar el crímen, la creencia de que al médico se lo iban á llevar los demonios en cuerpo y alma.
El Clamor público. 12/12/1858, página 4.
Isaac Luria está considerado como el kabbalista más influyente de la historia. Su discípulo Hayim Vital se encargó de transmitir y desarrollar los conocimientos de la Kabbalah luriana. Luria y Vital fueron dos magos (practicaban la magia) del Renacimiento determinantes en el misticismo judaico de los siglos posteriores.
Al autor de este comentario: ¿podría desarrollarlo algo más? Gracias.
Se trata del intento de asesinato que sufrió el médico de Alcácer tras denunciar, junto al párroco de Picasent, las prácticas de un grupo de mujeres dedicadas a la adivinación y el curanderismo.
Parte de lo que publicó la prensa lo puedes leer en uno de los comentarios de...
http://lawebdelassombras.blogspot.com.es/2015/12/alcasser-la-estatua.html
"... el médico de aquella población, D. Pascual Domingo, y estando en casa de uno de sus enfermos llegó una mujer y le rogó pasase á su casa, pues tenia en cama á un individuo de la familia (...) llegaron á la casa, la mujer entró entonces en un cuarto, volvió á la derecha y suplicó al profesor que la siguiese. Hízolo así el médico; pero no bien había puesto el pié dentro de la estancia, cuando se hundió repentinamente en un pozo de mas de díez y seis palmos de profundidad, practicado en forma de embudo a la entrada misma del cuarto y cubierto con cañas, tierra y un felpudo. Inmediatamente que cayó comenzaron a arrojarle piedras y tierra con el fin de enterrarlo vivo (...) la mujer que lo había conducido allí tomó una tranca y empezó á descargarle golpés hasta que su víctima pudo desarmarla, arrebatándosela de las manos y aprovechándose de ella para salir (...) Entonces la mujer, cual una furia, se armó de una piqueta y la emprendió de nuevo con el facultativo hasta que logró llenarle de sangre; sin embargo, libre ya de la sepultura, y dando gritos, acudió gente, y así pudo salvarse de una muerte tan horrorosa como segura (...) Parece que se han hecho algunas prisiones en las que figuran varias mujeres, cuyos antecedentes no podemos determinar..."
La Discusión (Madrid. 1856). 3/12/1858, n.º 854, página 3
"aunque gritaba la víctima al salir del pozo, nadie sé presentó á socorrerla, y solo á sus esfuerzos y serenidad debió la vida; que se le encontraron siete heridas en la cabeza y varios dedos de las manos fracturados, con multitud de contusiones en al cuerpo, y que la mujer fiera tenia preparado un gran barreño de yeso, con el fin, al parecer, de cubrir el piso luego que la víctima estuviese enterrada. Dícése que en este atentado figura una curandera, que solía profetizar el resultado de las enfermedades á cuántos incautos se entregaban en sus manos"
El Clamor público. 4/12/1858, página 3.
"Al momento de entrar el médico en la casa, parece que la Francisca cerró la puerta, y así que vio que el médico se internaba en el cuarto apagó la luz y soltó una carcajada. El médico, así que se vió á oscuras, iba á decir que abriesen la ventana, pero ya era tarde, porque en aquel momento caía ya en la sepultura"
El Clamor público. 12/12/1858, página 4.
"sobre el horrible suceso (...) ocurrido en Alcácer al médico titular del pueblo don Pascual Domingo, á consecuencia de haber este combatido públicamente los oráculos de la célebre Santa de Alcácer"
La Iberia (Madrid). 26/4/1859, página 3.
"Se ha vísto ya en Valencia la causa seguida contra Ramona Visent y Francisca Gil, conocida esta por la beata de Alcacer, sobre haber arrojado al pozo y herido gravemente al médico de aquel pueblo, don Pascual Domingo, el 28 de noviembre de 1858"
La Iberia (Madrid. 1854). 12/7/1860, página 3.
"Las beatas de Alcácer se hallaban en número de treinta en la ciudad de Játiva, donde han residido por algún tiempo, hasta que dias pasados fueron espulsadas de lá población por disposición de la autoridad local"
La Iberia (Madrid. 1854). 14/2/1862, página 4.
¿Las brujas de Alcácer?
Es posible que la tradición se mantenga pasando de madres a hijas...
La casa donde se desarrollaron los hechos es la actual número 31 de la calle San Miguel.
El Satanismo es generacional, aunque curiosamente a veces no se sabe la razón pasa de abuelos a nietos saltándose una generación, he leído, visto reportajes de muchos testimonios donde víctimas de satanismo dicen que fue su abuelo o abuela quien lo metió en ello, a espaldas de sus padres que no sabían nada, los testimonios que cuentan son tan espantosos como lo que nos relata JIB, esto es una realidad oculta inmensa y todo ello viene de los satanistas judios, su origen es incierto, el pacto de Salomón, el paganismo Egipcio ,el paganismo sumerio..... ¿quien sabe dónde y cuándo se originó?, pero es algo muy antiguo que ha sobrevivido hasta la actualidad, lo que parecía increible, no posible, se va sabiendo, sólo hay que leer lo del pizzagate en USA, el lobby satanista de Washington, lo usaron para la campaña contra Clinton, pero ahí se ha quedado
"Han ingresado en la cárcel el concejal del Ayuntamiento de Jódar Antonio Cano, el inspector de Policía y dos guardias municipales de aquel pueblo, una vez que prestaron declaración ante el Juez que instruye el proceso, con motivo de haber sido degollado un niño (...) Las botellas de sangre no han sido aún halladas"
Ahora. Diario Gráfico. Martes 4 de julio de 1933
"En el pueblo de Jódar hay una bruja. Bárbaro aguafuerte del niño degollado y de los misteriosos bebedores de sangre (...) Un consejal, varios guardias urbanos y un sereno envueltos en esta maraña de brujería sangrienta. ¡Sería grotesco si no fuera demasiado terrible!"
La Libertad. Miércoles 5 de julio de 1933, página 1
Como dijo Terele Pávez en "Las brujas de Zugarramurdi": A mí no me dan miedo las brujas. A mi lo que da miedo son los hijos de puta.
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