viernes, 5 de julio de 2013

El troll.





¿Eres un fracasado? ¿No tienes amigos? ¿No ligas nada?...

Pues es normal que estés frustrado y que seas un infeliz. La gente te rechaza. No se dan cuenta de que eres un genio, de que tienes las respuestas para todas las preguntas y de lo mucho que se pierden haciéndote el vacío, porque nadie te soporta.

No es culpa tuya. No es cuestión de que sólo pienses en ti, de que creas que el mundo gira a tu alrededor y de que seas incapaz de sentir empatía por nadie.

No. La culpa es de los demás. Únicamente de los demás. Por no reconocer de inmediato que eres un líder y que les iría mucho mejor siguiéndote. Total, tú siempre tienes razón.

¿Qué puedes hacer para solucionar tus problemas?

Cuando todo falla, siempre queda un último recurso: hacerse troll.




Ya que no te quieren, al menos que te odien. Entrarás en todas partes. Como una plaga de langostas o un endoparásito. Te las van a pagar, porque estarás presente en todos los foros, todas las discusiones, todos los muros, todos los blogs.

Se van a acordar de ti todos aquellos que se negaron a ser amigos tuyos en el facebook. Los que despreciaron tus valiosos comentarios en los foros. Los que ignoraron tus aportaciones en los blogs. Los que no contestaron tus correos.

¿Nadie quiere hablar contigo? No importa. La solución es fácil: crea varios clones de ti mismo y que dialoguen entre ellos. ¿Nadie te valora? Da igual, los clones discutirán entre ellos, pulsarán en los botones de "me gusta", intercambiarán comentarios elogiosos y, de vez en cuando, alguno negativo, para que no se les note tanto.

En el intermedio, habrás conseguido que la gente hable de ti, aunque sólo sea para quejarse. Habrás bloqueado el objetivo principal del foro, del muro, del blog, del canal.

¿Que sobrepasas el umbral de tolerancia y te echan? No importa, siempre puedes crear otra copia de ti mismo y volver a empezar.

Intriga, difama, miente, conspira, enfrenta, monopoliza. Es tu misión, tu objetivo, tu meta, lo que da sentido a tu vida vacía. Si te contestan, ya tienes tu minuto de gloria. Si no te contestan... el que calla otorga. Así que debe ser que tenías razón en lo que estabas diciendo.




Tarde o temprano, alguien da con la solución: ignorarte.

Es tu ego lo que te hace vulnerable. Quieres ser protagonista y que se hable de ti. Pero cuando se pulsa el botón de "ignorar", desapareces entre una nube de humo.

Porque no eres nadie, y lo sabes.

3 comentarios:

Eva Valsans dijo...

Excelente, esa es la cuestión, una vida muy pobre y muy poquitas cosas que hacer. Gente de triste existencia, que lástima...

galaxis dijo...

Pues hay uno por ahí, que cumple todos esos requisitos.....................

Anónimo dijo...

Uno no... hay varios/as.