jueves, 9 de febrero de 2017

Niños desaparecidos. Primeros ecos en los medios.




En julio de 1982, diez años antes del triple crimen de Alcàsser, el semanario "Reader's Digest" se hacía eco de un problema pavoroso que estaba sucediendo en EE.UU.: la desaparición de cien mil niños al año.

Este es el primero de los artículos que se van a publicar este año en el blog tratando este problema. Un problema que no se inventó Fernando García, que no es fruto de su imaginación conspiranoica, sino que es una terrible realidad que debemos afrontar y combatir. Un pueblo que extermina a sus propios hijos, por acción o por omisión, no merece otro destino que el de desaparecer.

Una vez aceptada la realidad de las desapariciones, la siguiente pregunta es ¿quién se lleva a los niños? ¿Siempre son individuos aislados o hay grupos organizados que se encargan de hacerlos desaparecer? A este tema irá dedicado un próximo artículo del blog.





DESAPARECIDOS: CIEN MIL NIÑOS AL AÑO

Las cifras son estimativas. Pero los pocos hechos que se conocen son espantosos: miles son asesinados cada año, el número de niños desaparecidos va en aumento y nadie se ocupa de que haya estadísticas adecuadas.

Condensado de la revista Kiwanis
Gary Turbak

Sobre las 8:30 de la mañana del 7 de enero de 1980, Kathleen Mancil llevaba en coche a su hija Marian Batson en Inverness, Florida. "Hasta la noche", le dijo Kathleen a la pequeña, de ojos azules y 16 años de edad, cuando salió del coche.

Pero no vio a Marian esa noche. Ni la siguiente, ni la otra.

Nadie recuerda haber visto a Marian después de salir del coche de su madre. Al día siguiente de su desaparición su bolso apareció en un contenedor de basura a unos 25 kilómetros de la escuela. Se había unido a la creciente lista de niños etiquetados simplemente como "Desaparecidos".

Sheila y Katherine Lyon, de 13 y 11 años, viajaron hasta un centro comercial de los suburbios el 25 de marzo de 1975, y desaparecieron para siempre. A principios de octubre de 1980, Brandy Barlow, de dos años, desapareció de su jardín. La lista continúa creciendo.

Probablemente, el caso de niño desaparecido más mediático de los últimos tiempos ha sido el de Etan Patz, de seis años de edad. El 25 de mayo de 1979, Etan se encaminó solo por primera vez hasta la parada de su autobús escolar en Manhattan y no se le ha vuelto a ver. Las búsquedas sistemáticas realizadas con sabuesos, helicópteros, videntes y patrullas policiales no han conseguido encontrar pista alguna.

No son casos aislados. Todos los que se ocupan del problema de los niños desaparecidos están de acuerdo en que es grave y empeora. Las estadísticas, sin embargo, son difíciles de conseguir. Los límites entre los niños que se fugan, las víctimas de secuestros parentales y los secuestrados por extraños tienden a difuminarse.

Las mejores estimaciones son que alrededor de un millón de jóvenes estadounidenses abandonan su hogar cada año, de los que el 90% regresan en un plazo de dos semanas. Por lo tanto, hay unos 100.000 niños de los que no se sabe nada. A estas cifras hay que añadir de 25.000 a 100.000 niños más secuestrados por padres divorciados o separados, con lo que el total alcanza una cifra importante. "Los niños desaparecidos constituyen un gran problema al que la gente debería comenzar a prestar atención", dice el Sargento Detective Dick Ruffino, de la oficina del sheriff del condado de Bergen, New Jersey.

Sin embargo, ninguna agencia estadounidense se ocupa exclusivamente de los niños desaparecidos a escala nacional. Los automóviles, pistolas y artículos de plata pueden ser registrados, rastreados y recuperados más fácilmente que los niños. "Nuestras prioridades están mezcladas", dice Ken Wooden, director de la Coalición Nacional para la Justicia Infantil. "Si alguien roba un coche, puede ser rastreado porque tenemos un sistema informático para rastrear coches robados. Pero por lo visto los niños no son tan importantes para nosotros ".

Cada caso de niño desaparecido tiene su propio drama e ironía. En julio de 1976, Dee Scofield, de 12 años de edad, desapareció mientras iba corriendo a hacer un recado en centro comercial de Florida. Dos días después, un compañero de clase vio a Dee mirando por la ventana de una furgoneta, formando desesperadamente la palabra "ayuda" una y otra vez con sus labios. Dee Scofield desapareció para siempre.

El 18 de octubre de 1981, Jimmy Rogers, de 14 años, salió de su casa de Hanson, Massachusetts, para ir a la de un amigo. Puede que hiciera dedo. Desde entonces no se ha vuelto a saber nada de él.

"El robo de niños, el secuestro y las cosas terribles que les suceden a estos niños son tan horrendos que la gente se niega a asumirlas", explica Stan Patz, padre del desaparecido Etan. "Tratar de manejar casos como el nuestro a nivel local es un tremendo impedimento. Necesitamos un centro nacional de información centralizado con información sobre los niños desaparecidos y cómo pueden ser identificados".

Pero la mayoría de los casos recaen sobre la policía local, contra la cual algunos padres de niños desaparecidos levantan una letanía de quejas. Debido a que muchos niños huyen de casa, la policía etiqueta como fugitivos a la mayoría de los niños desaparecidos. Y a no ser que el niño sea muy pequeño o existan evidencias de que ha sucedido algo raro, por lo general la policía no tomará medidas ante la denuncia de la desaparición hasta transcurridas 24 horas. La razón: un gran volumen de trabajo. Un exceso de crímenes violentos -la mayoría con víctimas heridas y gran cantidad de pruebas- tiene prioridad sobre el "posible" crimen en el que la víctima sea un niño desaparecido.

La desgarradora tragedia, por supuesto, ocurre cuando el niño no se ha fugado y se le podría haber ayudado de haber tomado medidas inmediatas.

En la mañana siguiente a la Navidad de 1974, Janna Hanson, de 13 años, fue a la casa de un amigo. Poco tiempo después, Doreen Hanson fue a recoger a su hija; Janna no estaba allí. Doreen fue inmediatamente a la policía, pero no comenzaron a buscarla hasta pasadas 24 horas.

Cuando la policía finalmente inició una investigación, era demasiado tarde. El cuerpo de Janna fue encontrado después de varios meses, y la evidencia indicaba que había sido asesinada el 26 de diciembre.

Los padres también se quejan amargamente de la negativa del FBI a ayudar a la localización de niños desaparecidos. El FBI se involucra en estos casos sólo cuando hay pruebas de un secuestro -como una nota de rescate- o evidencia de que haya sido transportado cruzando fronteras interestatales.

"La primera desaparición de un menor debería ser evidencia prima facie de que se ha producido un secuestro", dice John Clinkscales, cuyo hijo Kily desapareció hace seis años. "El FBI podría entonces involucrarse de inmediato, y podría haber una oportunidad de encontrar a algunos de estos niños. Necesitamos ayuda."

Y respuestas. Los padres siempre preguntan lo inevitable: ¿Por qué? ¿Por qué secuestrar un niño? ¿Por qué el mío? Hay muchas preguntas, pero no hay respuestas.

En los Estados Unidos se divorcia un millón de parejas al año, y en muchos casos se producen secuestros parentales. Por amor, odio, rencor o venganza, uno de los padres le quita un niño al otro.

En diciembre de 1974, Gloria Yerkovich dijo adiós a su hija Joanna, de catorce años, cuando se fue a pasar el fin de semana con su padre. No quería ir, pero un tribunal dictaminó que tenía que hacerlo.

Joanna nunca regresó. La separación que iba a durar un fin de semana dura ya siete años y medio.

Por censurable que sea el secuestro parental, puede que estos niños tengan más suerte que otros. Al menos existe la posibilidad de que vayan a la escuela, crezcan y lleven una vida más o menos normal.

Pero cuando un extraño secuestra un niño, puede suceder cualquier cosa. Los padres de los niños desaparecidos tienen la esperanza de que su hijo termine en una familia cariñosa que lo cuide, quizás a través de una adopción en el mercado negro. La triste realidad es que un niño desaparecido corre un alto peligro de ser asesinado. Se estima que cada año se esfuman unos 2500 niños en los Estados Unidos que más tarde aparecen asesinados.

Si bien el secuestro y el asesinato de un niño es un acto psicótico sin sentido, muchos niños son utilizados por razones mucho más calculadas. Dice Ken Wooden, "Los niños son constantemente buscados para el lucrativo negocio de la prostitución infantil. La mayoría de los departamentos de policía y funcionarios públicos no están haciendo nada al respecto".

Si el temor sobre lo que puede estar sucediendo a un niño desaparecido es la emoción primaria de los padres, la frustración es la segunda. A menudo, una vez que la policía local ha agotado todas las pistas, no se hace mucho más. A los informes de niños desaparecidos en una ciudad transmitidos por teletipo no se le presta demasiada atención en otra. Las descripciones verbales son a menudo inútiles.

A causa de la desesperación, los padres recurren a la publicación de carteles y a conducir por parques y otras áreas frecuentadas por los niños. "Es una sensación de absoluta indefensión", dice Stan Patz. "Es que no podemos hacer nada más".

En los últimos años, sin embargo, se han formado varios grupos -normalmente por padres o parientes de niños desaparecidos- para aconsejar y consolar a padres angustiados. Una de estas organizaciones es Child Find, Inc., Box 277, New Paltz, N.Y. 12561. Tiene un número gratuito (800-431-5005) a disposición de los niños que estén buscando a sus padres o de padres que estén tratando de identificar a los niños desaparecidos. Otra organización es SEARCH, que publica The National Runaway / Missing Persons Report, una revista que contiene fotos, descripciones y datos personales que pueden ayudar a identificar a los desaparecidos. El informe se distribuye cada tres meses a 22.000 agencias e individuos en la aplicación de la ley, la seguridad, la medicina y el servicio social. La dirección de SEARCH es 560 Sylven Ave. Englewood Cliffs, N.J. 07632. (Toda la correspondencia debe incluir un sobre franqueado y con la dirección.) Teléfono: 201-567-4040.

Sin embargo, estos esfuerzos no pueden resolver el problema de la noche a la mañana. En la actualidad, la esperanza es el arma más sustentadora de los padres.

Para algunas familias, esa esperanza no cesa incluso después de encontrarse el cuerpo de un niño. Doreen Hanson: "Después del descubrimiento de los restos de nuestra hija todavía seguíamos buscando, al menos en nuestras mentes. Durante muchas semanas después, si veía una chica por la calle que se parecía a mi hija, seguía esperando en mi corazón que fuera Janna.

"Nadie que no sea del entorno puede entender el trauma que tiene lugar en una familia que tiene un hijo desaparecido. La frustración, el no saber, la agonía están más allá de lo explicable".

Traducido del inglés por Nozick.








Fuentes:



  1. NCIC Missing Person and Unidentified Person Statistics for 2013: https://archives.fbi.gov/archives/about-us/cjis/ncic/ncic-missing-person-and-unidentified-person-statistics-for-2013
  2. National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC): http://www.missingkids.com/KeyFacts
  3. http://www.huffingtonpost.com/2014/11/10/most-missing-persons-state_n_6110476.html


17 comentarios:

Anónimo dijo...

Terrible, 100000 al año sólo en Estados Unidos, desde 1982 si no ha aumentado serían 3 millones y medio , como es esto posible?, pues lo es y no es obra de "asesinos psicópatas en solitario" sino de ciertas organizaciones. Ted Gunderson, un ex jefe del FBI , investigó este tema durante muchos años y dio a entender muy claramente que estaba relacionado con los Illuminati(me gusta más llamarlo Satanismo organizado), decía que en USA al menos el 1,5% de la población es satanista generacional, eso haría unos 5 millones (y un satanista generacional de los illuminati no se dedica a dar simplemente inocentes loas al diablo), decía también que el satanismo y la pederastia (siempre van relacionados)llega a las elites del poder incluida la Casa Blanca y que cuando algún caso (como el caso Franklin) se hace público, las autoridades hacen lo que sea para taparlo ( afecta a altas esferas), incluidos asesinatos. Un saludo.

Anónimo dijo...

Será que cuanto más nos alejamos del famoso "Baby Boom" que siguió a la Segunda Guerra Mundial, más valiosa, endiosada y codiciada se ha vuelto la infancia, casi como un objeto de deseo de mentes enfermas?
O estas cosas siempre han ocurrido y en otros momentos históricos se camuflaban con las conquistas de nuevos territorios, con los huérfanos de luchas civiles enclaustrados en orfanatos, con los tráficos humanos provocados por guerras y esclavitudes, y una larga lista de circunstancias que tienden a destruir el tejido de contención socio-familiar y vuelven todavía más vulnerables -y mudos, anónimos, cosificados- a los pequeños?

Un abrazo, y gracias, Nozick. Aguardamos ansiosos la segunda parte de este tema.

Anónimo dijo...

De principios de los 80 y sin embargo todavía tan de actualidad...

Unknown dijo...

Excelente blog!!!!

Anónimo dijo...

Hombre las cifras de 100000 niños al año no creo que sean correctas,demasiados niños.Aun así si es cierto que en estados unidos desaparecen mas niños(mas bien adolescentes)que en el resto de los países "civilizados"

Anónimo dijo...

En los terremotos (u otras catátrofes) la desaparición de niños es escandalosa. En el de Haití perdieron la cuenta.

Anónimo dijo...

Misma cosa sucede con el drama de los refugiados.
http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-37649395

Anónimo dijo...

Joder con Alaska...en el podium de las desapariciones que estaba...no si al final los entornos idílicos van a ser los peores por ser demasiado tranquilos.

Anónimo dijo...

Oiga, lo de Javier Gurruchaga, teniendo en cuenta sus antecedentes ¿va con segundas? (más bien con primeras, por lo evidente).

Anónimo dijo...

Ese es el problema: que nos resulta increíble, y entre otras muchas cosas como que es un tema tabú, y no somos capaces de creérnoslo.
En Europa desaparecen en torno a 250.000. Te lo repito: 250.000 Y si no lo sigues sin creer, compruébalo por ti mismo en google.

Anónimo dijo...

De esta escena (1984):
https://www.youtube.com/watch?v=n766F8BRDKA
se dice que Gurruchaga ha estado toda su vida arrepentido por haberla interpretado. No por contricción, sino por reveladora de lo que le vino años después.

Puede que Gurruchaga estuviera totalmente limpio de lo que se le acusó (particularmente, no lo creo, y en la Sevilla de la época ya circulaban ciertos decires), pero por el mero hecho de haber frivolizado sobre el tema, debe merecer el más absoluto de los desprecios. Como se suele decir: no lo hagas, no lo temas.

Nozick dijo...

La letra de la canción es de Eduardo Haro Ibars, hijo de Eduardo Haro Tecglen. Eduardo Haro Ibars era un toxicómano que murió de sida en 1988. La música está fusilada del clásico de jazz "Satin Doll", de Duke Ellington.

La letra es la siguiente:

Él va muy compuesto, usa sombrero
el hombre de los caramelos,
envuelto en un abrigo gris.

En la puerta del colegio,
con su bolsa de caramelos,
espera para hacerte feliz.

Y si deseas con él disfrutar
no te debes niño asustar
él tiene siempre lo que te hará gozar.

Tu mamá te dice no debes mirar
debajo del abrigo lo que te va a enseñar
el hombre embozado en gris.

Nozick dijo...

En cuanto a la película, parece que Almodóvar no lo tenía muy claro. Un enfoque era "¿Qué he hecho yo para merecer esto?", y el otro era "La mala educación".

Anónimo dijo...

Huy, sí que lo tenía muy claro. Si hay periodistas pederastas o juristas pederastas o docentes pederastas, por citar varias profesiones que, supuestamente, abogan por la rectitud en las conductas, los valores ciudadanos, etc., a nadie se le ocurre abominar de toda el colectivo profesional y tacharlo de hipócrita en sus planteamientos. Si hay curas pederastas, sí. Contra la Iglesia vale todo (entre otras cosas, porque no se defiende adecuadamente). Almodóvar, y muchos más, sí lo tiene muy claro.

Anónimo dijo...

Ya que sacas a colación a los Haro Ibars, son para echarlos de comer aparte: Eduardo (1988) y Eugenio (1991), víctimas del sida por causa de su politoxicomanía; Marina (1989) por suicidio; Paloma, detenida en 1975 por pertenencia a una red de tráfico de drogas a gran escala; y su hermanastro Jonathan, hijo de la segunda mujer de Eduardo Haro Tecglen, también víctima de suicidio (2006). Haro Tecglen, el eticólogo. Se diría que iba repartiendo la muerte entre sus allegados.

Anónimo dijo...

http://www.pzg.biz/giftpilz09.jpg

Nozick dijo...

Muchas gracias. Un saludo.