A
última hora del jueves 18 de abril, un policía del Instituto de Tecnología de
Massachusetts (MIT), el oficial de patrulla Sean A. Collier, fue herido de
muerte, según manifestó el fiscal del distrito del condado de Suffolk. El
cadáver de Collier fue encontrado en el interior de su vehículo, en el cruce de
las calles de Vassar y Main del campus del MIT.
Las
autoridades afirman que después los dos sospechosos secuestraron un Mercedes
todoterreno a punta de pistola, cerca de Third Street, en Cambridge, según
declaró el fiscal del distrito de Middlesex.
El
conductor del vehículo secuestrado fue puesto en libertad media hora más tarde
en la gasolinera Memorial Drive de Cambridge, según declaró una autoridad
policial a la CNN.
En
un momento dado, los sospechosos se acercaron al bordillo para proceder a la carga
del vehículo. La policía, que estaba siguiendo al vehículo vía GPS, comienza la
caza en Watertown. La persecución les lleva a un barrio residencial, donde los
sospechosos arrojaron explosivos, mientras disparaban a la policía.
Concretamente, lanzaron una granada y cinco bombas de tubo caseras a los
policías que los perseguían, un agente del FBI y otro del Departamento de
Seguridad Nacional, según declaró la CNN. Tres de los explosivos detonaron y
dos no llegaron a hacerlo, según manifestaron los citados policías.
Durante
el tiroteo, un sospechoso, más tarde identificado como Tamerlan Tsarnaev, de 26
años, salió del coche. La policía le disparó y su hermano le atropelló al
tratar de huir con el vehículo, de acuerdo a una fuente policial. Fuentes de la
investigación declaran que Tamerlan Tsarnaev llevaba un cinturón explosivo con
un detonador. Murió más tarde en el hospital Beth Israel.
Quince
oficiales de policía recibieron tratamiento en el centro médico de St.
Elizabeth's de Brighton, Massachusetts, al sufrir heridas leves como
consecuencia del tiroteo, según declaró a la CNN la portavoz del hospital,
Jennifer Kovalich. La policía de Watertown, Massachusetts, registró unas veinte
calles, casa por casa, el viernes, pero no fueron capaces de encontrar al
sospechoso huido.
El
Departamento de Policía de Boston comunicó vía tweeter que sobre las 7 de la
mañana se estaban desarrollando operaciones policiales en la calle Franklin, de
Watertown. Un hombre, que al parecer era Dzhokar Tsarnaev, estaba cercado en
una embarcación varada en el patio trasero de la casa de un vecino de la
localidad. Finalmente, fue detenido a las 8:45 de la tarde. El menor de los
Tsarnaev -descrito como "muy violento y peligroso"- requería atención
médica ya que su salud se encontraba "en seria condición", según
manifestó Ed Davis, comisionado de Policía de Boston.
"Es
un día de orgullo para la policía", declaró por radio el comisionado de
policía Edward F. Davis a sus hombres, momentos después del arresto.
"Gracias a todos".
El
presidente Obama, desde la casa Blanca, felicitó a la ciudad de Boston por no
haber permitido a los terroristas que vencieran. "Fallaron porque el
pueblo de Boston se negó a ser intimidado", dijo el presidente.
El
viernes será recordado como el día que la ciudad se detuvo, después de que el
Gobernador Deval Patrick pidiera a los ciudadanos de Boston y de las cercanas
comunidades de Watertown, Waltham, Newton, Belmont y Cambridge que buscaran
refugio en sus casas. Que permanecieran dentro de sus domicilios, cerraran las
puertas y no abrieran a nadie excepto a los policías uniformados, mientras el
más joven de los Tsarnaev anduviera suelto.
Agentes
locales, estatales y federales buscaron al sospechoso casa por casa, incluyendo
el servicio secreto, equipos con perros, expertos en explosivos y agentes del
SWAT. Dotaciones de helicópteros escrutaban las calles desde las alturas. Más
de 1000 policías participaron en la cacería.
Como
queda dicho, la policía encontró a Dzhokhar Tsarnaev escondido en una
embarcación almacenada en un patio trasero de la calle Franklin, gracias a una
llamada del dueño, que observó que la lona con la que estaba tapada tenía
manchas de sangre. La policía intercambió disparos con el sospechoso antes de
capturarle con vida. Poco después de la detención se produjeron celebraciones
espontáneas de alegría por parte de los ciudadanos de los alrededores.
Reconozco
que ayer fui un ingenuo. ¿Diez hombres? ¿Que si no había ni un helicóptero?
Pues
sí, 1000 hombres y varios helicópteros, para capturar a un pitufo de 19 años.
Que con la ayuda de su hermano se las arregló para matar a un policía y herir a
quince. Y lo detienen gracias a la colaboración de un ciudadano. Mil hombres...
Y
el comisionado, orgulloso.
A
ver ahora qué cuento de los hermanos Grimm nos van a intentar colar... Veremos
a ver si Dzhokhar Tsarnaev sobrevive y qué declara. Toda la historia suena a
mentira de principio a fin. De momento ha habido un buen simulacro de ley
marcial con toque de queda incluido y nadie ha protestado lo más mínimo. Mil
policías por la calle y la gente metida en sus casas. Como buenos súbditos.
Registros casa por casa, sin mandamiento judicial. Con cierre de los medios de
transporte públicos. Ya no hay democracia en EE.UU. El gobierno americano tiene
motivos para estar satisfecho: los orgullosos ciudadanos de Boston que en su
día se alzaron contra la tiranía del rey inglés y comenzaron la revolución
americana, ahora se pliegan sin una sola protesta ante la derogación temporal
de sus derechos civiles. Esto es un escándalo. Un ensayo para un Estado
Policial. Michael Chertoff (el co-autor de la "Patriot Act"), Janet
Napolitano, Amy Shlossman, Alan Bersin, Dora Schriro, David Heyman y Alan
Cohen, del Departamento de "Seguridad" "Nacional", estarán
dando palmas. Ni seguridad, ni nacional.
Janet Napolitano. La "Gran Hermano" del 1984 hecha realidad |
Lawrence
Harmon, un pájaro a sueldo del "Boston Globe", ha escrito lo
siguiente:
“The
odds of more terror attacks are greater than the odds of losing our essential
freedoms.This week has shown that we should tighten our security and loosen our
concerns about minor limitations on our freedom of movement...”
Ni
me molesto en traducirlo.
Durante
la investigación del atentado del 11-M, que causó muchas más víctimas y fue
otra auténtica tomadura de pelo -esta vez a los ciudadanos españoles-, al menos
no tuvieron la desvergüenza de recluirnos en nuestras casas para que la policía
tomara Madrid, ni de hacer registros casa por casa. Veremos qué sucede la
próxima vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario